Y tal y como nos anima la web ¡No veas la entrevista!, os invito a que tampoco la veáis.
Razones a miles… ¿Nos interesa algo a los teleespectadores lo que tenga que decir este delincuente?
¿Por qué la tele es tan cutre?
¿Por qué no está este individuo en la cárcel?
¿Por qué no aprendemos?
Gracias a El País por la información.
Julián Muñoz… Julián Muñoz…, ah, si ya me viene es el xoriso tontainez. Pero que voy a escuchar yo a un INUTIL!!!
A Gracchus Babeuf (¡chico, qué nombre!) darle la enhorabuena (y a todos nosotros, claro) porque según he leído ese dinero está embargado, así que ya veremos (es un decir, porque yo no veo esas cosas, que luego tengo pesadillas) si cancelan ese proyecto-bodrio o cómo lo resuleven al final. ¡Con lo bien que estaría calladito entre rejas!
Manuel; Julian Muñoz debe ser actor, torero, futbolista o personaje de revistas rosas y amarillas mugrientas.
Totalmente de acuerdo con el comentario 5: aquí rige el viejo aserto de la farándula (que eso, y no otra cosa, es en lo que ha terminado convirtiéndose el «culebrón Malaya», y derivados…) del «que hablen de mí, aunque sean bien». A más polémica, más audiencia. Así que, ya se sabe, a aplicarse el cuento.
Saludos cordiales
Me temo que si había una manera de que todo Dios se enterara de la entrevista , es precisamente ésta 😀 😀 😀
Y me temo también que este tipo de campañas sólo sirve para convencer a los ya convencidos 😀 😀 😀
Yo no puedo sumarme al boicot, porque no acostumbro a ver esas cosas. De todas formas, confío en que un juez embargue ese dinero, para devolverlo a las arcas públicas.
La verdad es que me parece realmente increíble el cinismo de la prensa del corazón: por un lado se han tirado meses denunciando las irregularidades que se estaban cometiendo en el consistorio de Marbella y en cuanto se ha investigado y encerrado entre rejas a varios de sus responsables, el siguiente paso es esperar al protagonista de esta historia a las puertas de la cárcel como si fuera poco menos que un mártir de la justicia española. Como no tienen suficiente con este lamentable espectáculo del que también son protagonistas, ofrecen unos cuantos cientos de miles de euros al susodicho para que cuente a «España» su paso por semejante «experiencia». Algunos periodistas deberían dejar de considerarse tales porque avergüenzan a su profesión. Realmente patético.