Leo por todas partes críticas feroces hacia Samanta Villar, la periodista que ha sido recientemente madre de dos criaturas y que ha escrito un libro relatando su experiencia que, al parecer, no es tan gratificante como le habían contado. Bueno, pues nada, bienvenida al club.
Porque, efectivamente, querida Samanta, tener hijos te cambia la vida totalmente. No es una cuestión de generosidad (WTF). Es la vida misma. Pasas a tener una o dos personas (en tu caso) que dependen de ti las 24h del día durante unos cuantos años. No es agotador. No es aterrador tampoco. Es que no hay ni calificativo.
Evidentemente les quieres. Claro. Estamos genéticamente diseñados para ello, para el apego. Si no, sería para suicidarse. Pero nadie tiene la exclusiva de la maternidad feliz. La maternidad, como tantas otras cosas, es personal e intransferible.
Desde el principio: que si dar LM exclusiva durante 6 meses, o durante 12, o durante 2 años, o colechar o no colechar, o portear o no portear (llevar en brazos de toda la vida), o que todo sea a demanda. Qué estrés. Qué horror. O no, o una maravilla. Según para quién.
Yo tengo ya una ventaja. Por ahí yo ya pasé hace unos cuantos años. Ahora ya sé que con LM y sin LM, los niños se crían igual de altos, de sanos y de inteligentes. Con LM hay unas ventajas y unos inconvenientes. Sin ella, lo mismo. Cada una que opte por lo que mejor le venga y le convenga, pero que deje en paz a las demás. ¿No?
Por ejemplo, esta madre: «He decidido no dar pecho a mi bebé» Y avisa, «no tratéis de convencerme de lo contrario, que tengo 37 años y es una decisión muy meditada». Pues claro. ¿Y por qué tiene esta mujer que soportar los comentarios que le han dejado? ¿No ha dejado clara su pregunta? Es que le llegan a decir que si no quiere lo mejor para su hijo, que por qué lo ha tenido. ¿PERDÓN?
Decir que tener hijos no te cambia la vida es absurdo. Decir que tu vida es mejor o está más completa después de tener hijos es cuestión de cada cual. A mí no me parece que mi vida con hijos sea más completa que la que tenía antes, es una vida diferente. Les quiero un huevo y no los cambiaría ni los devolvería ni nada por el estilo, pero mi mundo no gira a su alrededor. Una parte de él sí, pero no todo mi mundo. Y esto no me hace ni mejor ni peor que otras madres cuyas vidas giran (o eso dicen) alrededor de sus niños. No me siento ni un poquito mala madre ni en el nombre ni de broma por no ser perfecta siempre. Ni lo he sido, ni lo soy, ni lo voy a ser. Y no pasa nada. Las que dicen otras cosas tampoco lo son y tampoco pasa nada. Ah, y a veces echo de menos mi vida anterior. Con la nostalgia de quien mira a su yo de hace 20 años, cuando apenas tenía responsabilidades.
Me puedo permitir decir estas cosas porque ya tengo los hijos criados, como se suele decir. Ya estoy en otra fase. Mis hijos saben lo que pienso porque hemos hablado mil veces de estas cosas en casa y no pasa nada. Es lo natural para ellos, que el mundo no gire a su alrededor. Y además creo que es bueno, muy bueno para su educación que así sea. Evidentemente es mi opinión y la de su padre, pero es empírica, es decir, está basada en la práctica, en la experiencia y en la observación de los hechos a lo largo y ancho de 12 años y con dos niños diferentes en todo.
Así que ruego a pontificadoras varias que se metan sus comentarios por donde han salido, que ni Samanta ni las demás necesitamos escuchar lo generosas que sois y lo chungas que somos las demás.
Amén.
Totalmente de acuerdo.
De nuevo las mujeres bajo la bota de la maternidad patriarcal además de la capitalista.
Victoria Sau nos lo explicó magistralmente en su Ética de la maternidad cuando nos dijo que la maternidad no existe.
Di que si, coño, que cada uno crie a l@s suy@s como considere mejor y deje de meterse en como lo hacen las demás. Y sí, doy una madre desnaturaliza, una mala madre comuna hija de 23 años, decidida , indrpendiente y resolutiva, lo mismo que mi hijo de 18
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