Público o privado

Ayer fui testigo de una discusión entre tuiteros. Digo fui testigo porque, aunque me vi mencionada desde que entré en la conversación, no me lo tomé como una crítica personal (aunque hubiera podido serlo).

Cuando uno deja un partido político, ¿lo hace público o se lo guarda para si?

Beatriz Talegón y Mercè Perelló han decidido dejar de militar en el PSOE. Lo han hecho tras meses de desavenencias con lo que ellas (y otros muchos) consideran deriva ideológica de un partido que se desangra por las bases. Desde hace dos o tres años, cada semana leo como un compañero da el paso y se va de un PSOE que ya no considera suyo, al que solo une el cariño de una vida entera de trabajo duro y de defensa de unas ideas que cada vez cuesta más defender dentro de la casa.

No es un calentón momentáneo sino algo q estaba retrasando hace tiempo. Yo también me voy, igual q @BeatrizTalegon https://t.co/fULZwVDcVA

— mercè perelló (@merceperello) julio 5, 2015

Y cuesta defenderlas porque en la casa se hace lo que dice el aparato. El aparato, para quienes no sepáis del funcionamiento interno de algunos partidos, son los cargos internos de los partidos, los que son elegidos (unos democráticamente y otros a dedamen) en los congresos. Así que como en un congreso, hace 1 año, se eligió lo que sea, nadie tiene derecho nunca más a abrir la boca y tiene que estar de acuerdo con todo todito lo que dice el amado líder.
Aunque el amado líder diga tonterías. Aunque en el congreso no se le eligiera para una coyuntura determinada, si esta llega, nadie tiene derecho a discrepar, ni dentro, ni mucho menos fuera porque, claro, «los trapos sucios se lavan en casa».

Por casualidad hoy escucho a Pedro Sánchez decir que el proyecto europeo implica una cesión de soberanía. Maravilloso. ¿A quién? ¿Pero cómo puede Pedro Sánchez decir eso y quedarse tan a gusto? ¿Tendrá que ver que Schultz, también socialista, como buen alemán, socio de gobierno de Angela Merkel, opina que la soberanía es suya, faltaría más? ¿Cómo puede el PSOE apoyar los dictados de la troika? Y, si los apoya, ¿no puede la militancia querer desmarcarse de tamaña aberración?

Pero claro, llega un momento, que de tanto discrepar con todo, te das cuenta de que no pintas nada dentro y decides irte. Cada uno por sus motivos, seguro que todos ellos legítimos. Tanto, como los que le llevaron a militar.

Hacer público que dejas de militar es una decisión tan personal como el hecho de dejar de militar en sí. Si uno se va es porque piensa que lo que se defiende dentro ya no tiene nada que ver con lo que pensaba que había cuando se afilió. Si uno cuando se afilia lo hace público, si uno cuando milita defiende sus ideas a muerte en todas partes, es lógico pensar que cuando se desafilia hará lo propio y dejará claro que ya no tiene nada que ver con eso.

Cuando yo me desafilié, hace ya unos meses, lo hice público. Como lo han hecho otras personas que dieron el mismo paso que yo. Cada uno por nuestros motivos, la mayoría por motivos similares. Tan válido es quedarse y seguir luchando por cambiar internamente algo que, desde mi punto de vista, tiene poco cambio, como irse y seguir peleando por conseguir un mundo más justo, desde otras trincheras.

Pero de ahí a criticar el que se haga público va un trecho. No, si te parece, para no ensuciar la imagen (ya bastante maltrecha) de un PSOE a la deriva (porque lo está), nos callamos y lo dejamos estar…