Políticamente Correcta:
Ayudar a los más vulnerables sobre el descalabro inmobiliario está bien. Se deben implementar ayudas a las familias que ayuden a solventar los vaivenes hipotecarios. Se deben establecer paquetes de inversión pública que animen la economía y palíen los efectos del desempleo en el sector de la construcción.
Políticamente Incorrecta:
Cuando el último banco devuelva a la sociedad parte de los millones acumulados en la última década en forma de escandaloso beneficio; cuando el último empresario especulador haya devuelto las ganancias obtenidas a base de incrementar artificialmente los precios y cuando El Pocero se haya metido el yate por el agujero del sur, con sus 13000 litros de gasoil incluido, hablemos de rescatar al sector con fondos públicos.
(Visto en Moscas en la Sopa)
Y yo, que ya sabéis que soy guerrerilla, me quedo con la segunda opción. No es posible que los bancos y las constructoras lleven una década con los mayores beneficios de su historia y ahora, cuando disminuyen las ganancias (que no es que tengan pérdidas, ojo, sólo que menguan los beneficios) , se escandalizan y piden ayuda.
Que se apriete el cinturón el señor Botín. Que yo lo llevo apretado siempre.
A mí, que he trabajado muchos años en la denostada y perseguida industria farmacéutica, siempre me ha llamado la atención una cosa: los laboratorios farmacéuticos -salvo los que cotizan en Bolsa- nunca dicen lo que ganan porque saben que la opinión pública se va a volver más aún contra ellos. Sin embargo -y aquí viene lo insólito- todos los bancos anuncia cada año, a bombo y platillo, sus beneficios (multimillonarios bneficios). Y resulta que a la opinión pública le parece bien. Y cuando un banco español sube puestos en el ranking mundial de bancos, hasta la gente se siente orgullosa de tener un banco español que esté ahí, sin reparar que es a costa de sus bolsillos. ¡Parece que los únicos que tienen derecho a forrase -y encima debemos alegrarnos todos- son los bancos!
Es la historia de todas las crisis económicas, ayudas económicas públicas a las empresa y recortes salariales para los trabajadores. Y lo han hecho todos los gobiernos de la democracia. A ver que sucede en esta ocasión, porque los empresarios cuando hay épocas de vacas gordas no se acuerdan de los sacrificios que hicieron los trabsajafdores en los periodos de vacas flacas.
Salud, República y Socialismo.
Yo no sé con cual quedarme, yo preferiría que no hubiese paro en la construcción, preferiría que se fomentase la obra pública para evitarlo y se persiguiese a los especuladores.
El señor Botín se seguirá forrando aunque caiga la construcción.
Yo también me quedo con la segunda. Hoy leía que, incluso, algunos del ladrillo robaban agua al Canal de Isabel II. ¡Si se veía venir!
a mi también me gusta más la segunda propuesta, je, je. Aunque me preocupa una, y es que seguramente esta crisis acabará con gente desempleada. Ante eso creo que si hay que hacer algo. Pero vamos, a los poceros…, ya sabes, lo que dices del sur 😉
Es curioso que los medios de comunicación le están dando un tono de mala noticia a todo esto, cuando yo creo que el que bajen los precios de la vivienda es una cojo-noticia.
Pero ya sabes que va a dar exactamente igual, porque el que piensa en hacer dinero las 24 horas del día, nos lleva varios kilómetros de ventaja, y ya encontrará la manera de que volvamos a pagarle sus vicios. Parafraseando algún anuncio, hacer dinero es una actitud. Snif.