Yo estudié primaria y secundaria (salvo dos cursos en los que fuí a un público) en un colegio privado y religioso. De jesuítas, para más seña.
La mayoría de profesores eran seglares y, precisamente, eran éstos los que más rezaban al entrar y salir de las clases, como si tuvieran algo que demostrar…
Las misas eran semanales y voluntarias, por lo que el que quería iba y el que no, se iba al recreo… Aunque podáis pensar lo contrario, yo no me solía ir al recreo porque tocaba la guitarra y siempre hacíamos pellas un par de horas de clase antes de la misa para ensayar (¡ja!)… y entre «pirar» clase dos horas y luego tocar la guitarra y cantar un rato o tener una de recreo, lo tenía clarísimo…
La verdad es que más allá de santiguarnos al entrar en clase (y no en todas) o estas misas voluntarias semanales, y, por supuesto, una hora de religión a la semana, no tengo recuerdos agobiantes con respecto a este tema…
Los dos años que estuve en un cole público, por contra, por deseo mío (y con el beneplácito y satisfacción paternos) no asistí a clase de religión sino de ética.
En realidad, no era tal. No había tal clase puesto que yo era la única que no iba a religión. No me cambiaban de aula. Me sentaban en una mesa en la parte de atrás de la clase y mientras el resto de compañeros daban religión, a mí me ponían a leer el libro de ética y a hacer ejercicios aburridísimos.
Además, el tutor que tenía, Don Tapón (que era tan mal maestro como persona) nos obligaba en el resto de clases: Lengua, Inglés, etc a rezar antes de sentarnos.
Estoy hablando de los primeros años 80.
Me sorprende, sinceramente, que estas cosas hoy en día, sigan sucediendo… Me sorprende aún más que haya quien siga defendiendo el adoctrinamiento religioso en la Escuela Pública.
RELIGIÓN FUERA DE LA ESCUELA
Ese trato, que he sufrido en la piel de mis dos hijas, es una canallada