Debe ser porque su reino no es de este mundo. De otro modo no se explican estas declaraciones.
Se va a beatificar a casi 500 «mártires» caídos por Dios y por Ejpaña en los años 30 del pasado siglo.
La Conferencia Episcopal española sigue abriendo brechas doquiera que va. Dicen que con este gesto, la Iglesia quiere animar a la reconciliación. Y por más que busco tal reconciliación en el gesto, juro que no la hallo. Ni a ella ni a mi misma.
No basta con tener Ejpaña plagada de monumentos. Quejarse hasta el infinito por una ley que recupera la memoria de miles de españoles que estuvieron en el bando «equivocado».
Como de costumbre, sólamente pueden obrar ellos, porque son los que están en posesión de la verdad absoluta, de la verdad eterna….
Y no sigo, que es sábado y el día apunta excelente.
PS.- He encontrado una web en la que se pueden denunciar públicamente estos monumentos, escarnio de la mitad de España.
¡Hola! Andaba Googleando, buscando cosas he visto este tema en el blog, y no he podido evitar dejar un comentario ante la posibilidad que brindas de hacerlo y que agradezco:
Para la consideración de mártires, se deben reunir ciertas características en el modo y causa de morir. La Iglesia no puede proclamar mártires a personas que no han muerto por la defensa de su credo, como tampoco puede proclamar mártires a personas que murieron por atragantarse comiendo pizza.
Entonces, hay 498, de los miles de muertos del ámbito religioso entre República y Guerra Civil, que la Iglesia considera mártires por la forma en que murieron, pues murieron por no negar su fe. Pero es que, encima, murieron perdonando. Esa admirable actitud es lo que la Iglesia considera que debe ayudar a la reconciliación por su ejemplo para todos.
En otro lado tenemos la ley de la Memoria Histórica. Es una ley propuesta por un gobierno que, se supone, gobierna para todos los españoles. Pero se propone olvidar las muertes de quienes no interesan, en el transcurso de una guerra infame que todos perdimos. Esto sí es grave, porque la Iglesia recibirá un dinero de nuestros impuestos, pero el gobierno es el gobierno, y no sólo recibe el dinero de nuestros impuestos sino que debe gobernar para todos.
Ánimo, desprendámonos de tanta superficialidad argumental, dejemos los tópicos fáciles, y ayudemos a quien de verdad se lo propone en la construcción de un mundo mejor, al menos respetándoles un poco.
Un abrazo para todos.
Opino igual. Todos los muertos son dignos de igual respeto. Antes que empezar a tirarse los cadáveres a la cabeza, cada uno debe examinar su conciencia y ver cuales fueron sus pecados (o sus errores, o sus fallos, o como se quiera llamar).
Son unos vividores y unos farsantes. ¿Por qué no beatifican a los curas vascos asesinados por los nacionales?
Contra esto hay una receta infalible, lo que más temen: APOSTASÍA. Si hubiera una salida masiva de la secta empezarían a moderarse.
Hermano, tienes razón, todos son muertos y todos tienen su historia detras.
No lo repitamos, como está pasando ahora con los muertos de eta y los del 11m. No dejemos que lo repitan. Debemos tener el concepto claro.
Moderación.
Siendo cierto todo lo que decis, lo correcto es la moderación. Debe exigirse la memoria de TODOS los caidos,, debe exigirse sacar del olvido a todos los caidos del bando republicano, pero no debe ridiculizarse a ningún muerto. Las guerras son infames, y los humanos unos locos que con un arma en las manos pierden la humanidad.
No hay que pedir que se tiren los monumentos a los caidos de un bando, hay que pedir que se erijan los mismos monumenots a los caidos de otro bando, o que los que ya existen sirvan para TODOS los caidos (cambiando placas y lo que haya que cambiar).
No debemos caer en el juego de los fascistas, no existen categorías para los muertos.
En las fachadas de todas las iglesias de cualquier pueblito, Colunga, Villaviciosa, etc.etc.
Me parece muy bien que beatifiquen a quien quieran, pero estoy de acuerdo con Garib, no con mis impuestos.
Que pasa con los muertos de la República?, no tienen padres?, no tienen creencias?, no tienen ideología?. No eran los que defendían el orden constituido?.
Solo digo que mientras no reconozcamos eso y les devolvamos también la dignidad a esos muertos y a sus familias, no se podrá cerrar ese capítulo.
Lamentable es, sin duda, que todavía despues de 32 de la finalización de la dictadura genocida franquista sigan existiendo en nuestro estado símbolos que ensalcen a la dictadura.
No se conforman con conservar «la tumba, el mausoleo de la miseria del carnicero», como diría Ismael Serrano.
En muchos sitios siguen conservando la cruz de los caídos( que lucharon contra el legal y democrático gobierno republicano), y la dichosa lista de la que hablaba Blanca. Y lo peor es que si quitas esos monumentos o incluso algún nombre de calle, pareces que estas cometiendo el peor de los actos.
Para Recuperar la Memoria Histórica lo primero que hay que hacer es recordar todas las maldades de la dictadura, y también recordar que la Iglesia apoyó dichas maldades. Después habría que condenar al fascismo y a quién lo apoyo, donde entra la Iglesia de aquella época. Y obviamente intentar recompensar a las familias del bando vencido, del bando que defendió la legalidad e intentó mantener la República, para evitar así todos los desastres del franquismo.
Sin olvidarnos claro de la eliminación de los símbolos que aún perduran, aunque por recuerdo de los presos políticos se conserve el de Cuelgamuros.
Un saludo,,,
Maripuchi, lancemos una iniciativa en ‘La cocina de maripuchi’: Las gallinas, ¡en pepitoria!
Seguro que hubo muertes injustas, tuvo que haber muchas en aquellos días, y seguro que hubo quien usó esa fe para defender valores dudosos. Pero desde el punto de vista puramente religioso hay que aceptarles su derecho de honrar a quien consideren oportuno porque han luchado por su fe. ¿A mí que me importa a quien beatifiquen? Yo con Sant Jordi voy sobrado.
Pero claro, igual que ellos en el derecho de practicar su fe religiosa como les venga en gana pueden hacer lo que gusten, también está justificado que un gobierno legítimo recupere la memoria de otros, siempre que lo haga sin ánimos de venganza y por salvaguardar la dignidad de las personas.
Yo intento no hacerme mala sangre por lo que diga la Iglesia, intento reirme. Lo que me molesta es que lo hagan con dinero de mis impuestos. Quiero de una vez un pais donde la religión sea algo personal y, si un jerifalte religioso, católico, judio o musulmán o lo que sea, mete la pata, que sean sus fieles los que paguen o no sus desmanes.
Egpaña va con «g», no con «j», maripuchi.
La iglesia vive en su mundo. Lo peor es que cuando sale de él se dedica a crispar y a tocar las narices. Que canonicen o beatifiquen a quien quieran pero que no vayan de santurrones diciendo que quieren animar a la reconciliación.
¡Qué paciencia hay que tener!
¡Besos!
En infinidad de iglesias repartidas por todo el territorio español, se pueden ver las listas de los «caidos por dios y por España» en placas que nadie quitó.
¿Cómo pueden hablar los obispos de memoria histórica con sus caídos? Llevamos 70 años recordándolos, es imposible olvidarlos, así como es imposible olvidar la existencia de Franco al ver (desde lejos, porque allí nuca iré) la enorme cruz de su tumba faraónica, levantada con la sangre de los presos políticos que empleó como esclavos para construirla.
¿Qué quieren ahora los obispos? ¿Quieren que la división se haga cada vez más grande? Llegará un momento que esa brecha va a ser imposible de cruzar.
Una vez más, la iglesia española, con la Conferencia Episcopal dando la cara como siempre, ha embarrado lo que toca. Llevan siglos haciéndolo, no sé de qué me extraño. Es como creer en la existencia de Caperucita Roja.