Hace un par de años (o más bien cuatro), un programa de TVE quiso encontrar la mejor canción de la historia de España.
Recuerdo vagamente cómo se había realizado una preselección de cien temas por «gurús» de la música patria. En una serie de programas se iban presentando las canciones, un poco de historia, vídeos musicales, entrevistas y actuaciones en directo, los telespectadores podíamos votar por nuestra favorita.
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Ganó, como no podía ser de otra manera, Mediterráneo.
No me suelen gustar este tipo de concursos ni de listas de mejores canciones ni de mejores discos. El sesgo es brutal y depende del cristal con que se mire y no tanto de la calidad u otros factores objetivos…
En fin, a lo que voy. Ganó Mediterráneo de Serrat. A mi juicio, justamente. Es un tema compuesto en 1971 que hoy sigue sorprendiendo (un poco como le pasa a muchas canciones de The Beatles) por su complejidad, sus arreglos. No se ha pasado de moda. La letra es pura poesía. Atlánticos, cantábricos o mediterráneos, todos los españoles nos sentimos un poco identificados con esta canción….
¿Todos?
Pues parece que no…
A los pocos días de terminar el concurso, celebré una cena en casa con amigos. Salió este tema de conversación y una amiga de la infancia puso a los telespectadores (que votaron, se entiende) de vuelta y media por haber colaborado a que este catalanoprogre ganara el programa… ¡cuánto más bonitos el beso y la flor de Nino Bravo!… Es más, se quejaba de que los diez primeros puestos estaban copados por progres… Cecilia, Víctor Manuel, Miguel Ríos…
Estoy hablando de diciembre de 2004.
La legislatura de Zapatero no había hecho más que comenzar… nada sabíamos (aún) de bobos solemnes, del estatut, de la familia, de que España se rompía ni de que se había vendido Navarra a (la) ETA, ni siquiera sabíamos que todos los socialistas, con nuestro líder a la cabeza habíamos agredido a las víctimas del terrorismo.
Y, sin embargo, como titiritero, a Serrat (y a otros colegas) ya se les tachaba de progres. Una cosa, no obstante, es llamar progre a alguien que lo es, aunque para quien lo dice sea un insulto de la peor clase… y otra cosa bien distinta es calumniar a las personas, delito, como todos sabéis, tipificado en el códico penal.
Aunque nos pese a muchos, España está dividida hasta musicalmente. Y es que no es lo mismo crecer escuchando a Víctor y Ana, Aguaviva o Cat Stevens que crecer escuchando a Raphael…
Gracias por recordarme que hacia demasiado que no escuchaba esta cancion, siempre que la oigo me parece sentir el verano en la piel y el olor de mar llenado mis sentidos…y yo naci y vivo en el Atlántico…
De lo otro ni hablamos…pá qué?
Un beso
Es que crecer escuchando a Raphael supone un daño neuronal irreparable. Hay sesudisimos estudios que avalan esto… ejem.-