Esta imagen seguramente se aproxima más a la realidad de Eluana Englaro que la fotografía de una veinteañera sonriente que el fascio, la iglesia y sus secuaces y la prensa nos están metiendo a diario por los ojos.
Un cuerpo inerte, entubado, degenerado, llagado. En la frontera.
Es imprescindible la entrevista que El País publicó ayer de Beppino, padre de la mujer.
«La medicina debe pensar mil veces antes de crear situaciones que no existen en la naturaleza. Eso es de locos. La vida es vida, la muerte es muerte. Blanco o negro. Las personas vivas son capaces de entender y decidir por sí mismas. Yo he pedido por caridad que la dejen morir. La condena a vivir sin límites es peor que la condena a muerte. En la familia, los tres habíamos dejado clara nuestra posición. Lo hablamos muchas veces. Vida, muerte, libertad, dignidad. Somos tres purasangres de la libertad. No necesitamos escuchar letanías. Ni culturales, ni religiosas, ni políticas.»
Y es que dejar de alimentar artificialmente a Eluana no es matarla. Ella YA ESTÁ MUERTA. Hace 17 años que un trágico accidente la mató y alguien se empeñó en conectarla a varias máquinas que son las que la mantienen con vida.
¿Por qué la iglesia católica quiere los avances médicos a conveniencia? ¿Por qué no les oigo protestar diariamente por los asesinatos de África, de México, de Colombia, de Oriente Medio? ¿Por qué no intentaron los milagros hace diecisiete años?
Todas estas preguntas se perderán en el tiempo, como las lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.
No es cierto que Eluana estaba conectada a un respirador. Sólo usaba oxígeno. Eso lo vienen afirmando las enfermeras de la congregación de las Hermanas de la Misericordia desde hace 10 años ( desde el momento en que e padre lucha por quitarle la vida). Ellas la cuidaron en la Clínica Beato Luigi Talamoni durante 15 años. Ofreciéndose a cuidarla sin costo alguno hasta el fin de su vida.
Si hubiera estado conectada a un respirador artificial, la habrían desconectado y no la habrían dejado morir de hambre y sed.
Según los principios de los derechos humanos a ningún paciente se le puede negar alimentación, sea cual fuere, siendo el suero la primera obligación y solamente quitado una vez fallecido el enfermo.
Tampoco se le puede negar oxígeno, (en ningún caso impone ni recomienda un respirador).Recuerda que Juan Pablo II no permitió que utilizaran para él uno. Y por último, si el paciente tiene dolor , los paliativos contra éste son obligatorios.
La Iglesia Católica pide exactamente lo mismo, pues se basa en la ley natural.
Te invito a que vayas al Hospital de Neurocirugía de Santiago de Chile, ahí te encontrarás con muchos niños que no pueden moverse, que tienen daño cerebral, hidrocefalia y otros males. Pregúntale a sus padres si se les ha pasado por la mente asesinarlos, quitándole la alimentación y la hidratación.
Por último, quiero agregar que la única entidad que dio una solución concreta a Eluana fue la Iglesia Católica, pues las hermanas de la Misericordia se ofrecieron cuidarla gratuitamente de por vida sin molestar a nadie.
Esto puedes comprobarlo en el siguiente sitio:
ia.es/ciudadanos/noticias/20081114/53579310069/las-monjas-que-cuidan-a-eluana-englaro-se-ofrecen-a-cuidarla-sin-pedir-nada-a-cambio-porque-la-sient.html
Por desgracia, la gran mayoría de los medios de comunicación no publicaron esto.
Maripuchi, pienso que no estás bien informada, como la gran mayoría de las personas pues fueron los medios los culpables de utilizar un lenguaje inductorio como » desconectar», «respirador artificial» y omitir muchas cosas,
Muchos cariños.
La Iglesia se calló como un muerto cuando el papa Juan Pablo II decidió morir tranquilamente en su habitación del Vaticano, en vez de acudir al hospital, tal y como le conminaban los médicos. La cuestión era que los médicos aseguraron que su enfermedad no se podía curar.
Cuánto cinismo.
(Gracias, Maripuchi, por tu comentario en mi blog. Estuvimos juntos entre los 21 de la Red por el Cambio el pasado sábado. Fue muy bonito)