«¿Qué es ésto?», me preguntó hace un tiempo mi prima, que tenía 9 años.
Me quedé estupefacta.
¿Pues qué va a a ser? ¡un teléfono!
Pensándolo bien, se parece bien poco a los teléfonos que ella ha conocido y a los que conocerá.
Hace mucho ya que las teclas son por pulsos, que están integrados en el terminal y no en la base. Los teléfonos son inalámbricos. Estar «atado» al terminal mediante un cable enroscado es cosa de otro tiempo.
Si uno mira la evolución que ha tenido la telefonía últimamente, desde la irrupción de «lo digital», es impresionante.
Los que vivimos los días en los que tener teléfono móvil «era cosa de pijos», que eran unos auténticos zapatos, que cuando se empezaron a popularizar había un móvil por familia y el que se iba, por ejemplo, de excursión, era el que se llevaba el terminal…
Todo esto ha pasado en los últimos 15 años. Aunque parezca que haya transcurrido una eternidad…
Con la música ha sido similar.
De pequeña viví los vinilos. En todos sus tamaños (LP, Maxi-single, single ¡a 45 revoluciones!). Ya había cassettes, pero no era obvio encontrar reproductores en todas partes.
Hacer una selección musical para el coche era toda una manualidad. Pon disco en tocadiscos, selecciona la canción, apunta bien con la aguja, espera que llegue el momento, dale al pause para que recomience a grabar… y así, los 90 minutos de la cassette…
Tuve mi primer walkman a mediados de los 80. Era alucinante. Me podía llevar mi música (junto con una bolsa gigante llena de cintas de cassette) a cualquier excursión. Recuerdo la sensación como si fuera hoy mismo… de libertad…
Para finales de los 80 ya se popularizó el soporte musical en CD. Los discman nunca llegaron a triunfar del todo pues, con movimiento, saltaban las canciones y, como además, no había opción de grabar CDs, si querías escuchar una selección de canciones, ésta tenía que ir directamente a una cassette…
Pero apenas una década después, llegó la revolución de la mano del formato mp3. Y con el, la posibilidad de almacenamiento ilimitada, la posibilidad de reproducir la música en modo aleatorio, o de ir directamente a un tema concreto, y con un tamaño portátil de verdad (ahora hay reproductores del tamaño de una tarjeta de crédito).
El walkman ha muerto. Los chicos de hoy ven a nuestro adorado walkman como una suerte de reliquia y no saben utilizarlo. Es grande y engorroso, estéticamente feo. Treinta años han sido suficientes.
En el año 75, antes de palmarla Paco, causó baja en el servicio de RENFE la última locomotora de vapor.
Sin embargo, los niños siguen identificándola con el tren mucho más que los modernos y estéticamente anodinos AVE.
.-= Lo último de CantaEnAyunas en su blog blog ..CantaEnAyunas: @josi @Maripuchi @yoani Los gobs. de Cuba o Irán aún no conocen la capacidad propagandística de la red, el de China sí. Al tiempo. #pk2upv =-.
Mi primer Walkman fue el de Michael Jackson:
http://elmundano.wordpress.com/2009/07/04/michael-jackson-primer-contacto-efe-eme/
Yo los de bakelita los he llegado a marcar desde los colgadores… en plan morse!!! 😛
Mi sobrina pequeña (9 años) buscaba en el reproductor de dvd el agujero para meter los discos de vinilo que tenemos en casa!!!
En el año 92 cuando las olimpíadas de BCN, yo trabajaba en una empresa de audiovisuales, y alquilamos teléfonos portátiles para dar a los técnicos que estaban instalando en las sedes. Costaban una millonada de alquiler y eran zapatófonos!!!
Besicos
Tu sí que sabes hacerme sentir viejuno, joia!!!
.-= Lo último de faidit en su blog blog ..Una semana intensa en Euskadi =-.
En casa de mi madre había un teléfono de bakelita, como el de tu foto. Mi hijo mayor, con 10 años entonces, intentó usarlo, y empezó a pulsar los números dentro de la rosca, como si fueran teclas. ¡No sabía marcar girando la rueda! Tampoco reconocen el pictograma que anuncia los teléfonos públicos, en los pocos sitios donde aún existen.