El fin de la Iglesia católica

La Ley de Libertad Religiosa en vigor data de julio de 1980. Antes de Felipe. Antes de la ley del divorcio. Antes de la ley del aborto. Antes de tocar la mayoría de leyes franquistas, se hizo ésta. Es lógico. Hasta la promulgación de esta ley, en la teoría era «delito» no ser católico.

Con esta ley, se abrió el país a la posibilidad de profesar la religión que a cada cual le viniera en gana o a no profesar ninguna.

Casi treinta años después, España ha cambiado. Aunque mayoritariamente la población se sigue definiendo como católica, lo cierto es que apenas un 20% se consideran religiosos. También tenemos un nada despreciable porcentaje de musulmanes y, desde luego, una cada vez mayor porción de gente que o bien creen en dios a su manera o bien directamente se autodefinen como agnósticos o ateos.

Con este panorama, en el que el porcentaje de católicos decrece año a año, en el que cada vez menos padres bautizamos a nuestros hijos, en el que los jóvenes se alejan cada vez más de la Iglesia, en el que los apóstatas vamos subiendo en número (y si no somos muchos más es porque se nos deniega este derecho)… ¿qué está haciendo la Iglesia? Pues, en lugar de acercarse a la gente, lo que hace es lanzar soflamas, cuando no amenazar con el fuego del infierno (de boquilla, que todavía no he visto yo ninguna excomunión).

¿O es que ellos sí pueden decir y hacer públicamente lo que les venga en gana pero los demás no?

Lo grave no es que Rouco diga que los autobuses ateos son un abuso; lo grave es que para él, el que un autobús municipal lleve la leyenda «probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta la vida» es un abuso y sin embargo el que un autobús lleve la leyenda «Cuando todos te abandonan, Dios sigue contigo» no lo es.

¿Por qué tenemos que aguantar los no católicos el hecho de que la religión invada permanentemente nuestras vidas y sin embargo no puede haber ni media injerencia a la contra y, automáticamente, se nos tacha de anticlericales?

Tardarán más  o menos, se revolverán más o menos… pero con esta actitud, vaticino el fin del cuento más pronto que tarde.

Podéis leer más sobre este tema en Periodistas en Guerra, en Derribando Barreras, en El Rey de la Baraja y también en el blog de José Carlos.

  12 comments for “El fin de la Iglesia católica

  1. Excalibur
    19 marzo 2009 at 7:24

    ¿Esto es España, hoy? Leyendo sobre el Siglo 19 «Heterodoxos Españoles» de Menéndez y Pelayo — os veo jugando al fútbol con cráneos de frailes, violando monjas, asesinando a 100.000 católicos en el 36, en nombre de la guarra Revolución… Me olvidaré de vosotros, pero recordaré a Jaime Balmes. Good night.

  2. 21 febrero 2009 at 9:06

    Puede ser… Ahmed… pero… ¿y si no existe? ¡¡cuánto tiempo perdido!!

  3. ahmed
    21 febrero 2009 at 5:37

    El hombre ha creado paises,y fronteras, religiones y sectas y aquellos que solo ven las piedras con una estatua posando como trofeo de humillacion son quienes jamas veran a Jesus. Los que mas «hablan de el y decir que lo adoran son tan incapaces de verlo si lo tuvieran frente a ellos pues si alguien comun les dijera ÿo soy el hombre»igual lo señalaran asi como lo señalaron a el!!

  4. 27 enero 2009 at 10:10

    Yo no soy partidaria de eliminar todas las tradiciones. El hecho de tener dos días de descanso semanal y que éstos coincidan con el domingo, me da exactamente igual… Si todos los tuviéramos en miércoles y jueves el efecto «reparador» sería el mismo.
    Dicho lo cual, ¿blasfemia?, vale, acepto blasfemia… pero ¿no me ofende también Rouco y su camarilla a mí día sí y día también? ¿Cómo podemos construír una sociedad en la que podamos convivir en paz? ¿Por qué puede Rouco decir que dios existe, cosa que a mí, personalmente, no me ofende, más bien me produce hilaridad y yo no puedo decir que no existe?

  5. 27 enero 2009 at 9:52

    Maripuchi, sí, es una blasfemia, negar la existencia de Dios es una blasfemia, te guste o no. No lo digo yo, ni siquiera la Iglesia (que sí que lo dice), sino la Real Academia de la Lengua (1. f. Palabra injuriosa contra Dios, la Virgen o los santos.) La mayor injuria que se puede proferir contra Dios es negar su existencia. Pero tampoco creo necesario que entremos en un debate pseudolíngüístico-teológico.
    Por supuesto que es necesario que todos convivamos, con nuestras ideologías, sensibilidades, creencias, opiniones.
    Y yo, aún siendo cristiano, considero importante eliminar el papel de la religión en el Estado. Por ejemplo, estoy de acuerdo en que es necesario eliminar los crucifijos y demás símbolos de los edificios públicos; que no se debe enseñar Religión en los colegios (aunque creo necesaria una Historia de las Religiones); probablemente también estoy de acuerdo con lo de los funerales de estado (creo que se podrían poner matices, pero efectivamente, la solución salomónica sería eliminarlos). Sin embargo, lo de las fiestas de guardar… Bueno, no sé, al fin y al cabo en nuestro calendario hay una serie de días festivos, que efectivamente vienen de fiestas religiosas. ¿Cuál sería la propuesta? ¿Eliminar los días festivos? ¿O cambiarlos por otros? No es que me parezca mal, pero también entonces deberíamos replantearnos lo de los domingos, ¿no? Y recuerda cuántas cosas vienen de la tradición cristiana… ¿las eliminamos todas? ¿Nos dedicamos a cambiar nuestra cultura, quitando cualquier influencia que venga de la religión? ¿O solamente del cristianismo? Me parece que sería un esfuerzo absurdo, pero bueno, todo es cuestión de que alguien se lo proponga como programa político.
    Y las procesiones… Hay buena parte de los cristianos que estaría totalmente a favor de eliminarlas. Porque, en mi opinión, y más en determinadas zonas de España, no es más que un episodio de folclore. No son lo que deberían ser, pienso yo. Por otro lado, las procesiones son manifestaciones, y cualquiera puede convocar y organizar una manifestación si le place (vale, que no tantas juntas en tan pocos días y con tal caos, de acuerdo, y si alguien intentara «contraprogramar» con otra manifestación dudo que se le autorizara). Pero lo más importante, aunque a mi me parezca tristísimo: ¿qué tal le sentaría a la economía de este país que eliminaramos las procesiones? Considéralo.
    Lo siento, me pongo a escribir y me enrollo.
    En cualquier caso, siempre es agradable participar en un debate respetuoso. Un saludo.

  6. 27 enero 2009 at 1:12

    Iba a intentar expresar mi opinión al respecto de este asunto, pero como ya he asistido a una discusión en otro lugar, la resumiré en dos puntos, y enlazaré con el blog en el que ya he expuesto, con escasa habilidad, dicho sea de paso, mis razonamientos al respecto.
    1. Creo que la Conferencia Episcopal se ha equivocado (ha vuelto a meter la pata) con este asunto.
    2. Desde luego, por mi que circulen los autobuses con ambos lemas, donde puedan / quieran.
    3. Aún así, entiendo por qué decir «Dios no existe» lo considera la Iglesia un ataque. (Es evidente que es un pecado, es una blasfemia, supongo que sobre eso no hay dudas).

    De verdad, os ruego leais el debate que hemos tenido al respecto; al menos mi opinión, para no reescribirla aqui; al fin y al cabo, probablemente estéis de acuerdo con casi todas las demás voces. Un saludo.

    http://acartier.wordpress.com/2009/01/26/rouco-leer-y-ver/

  7. 27 enero 2009 at 1:05

    Aun peor, según leo en el plural, citando la revista «Alfa o omega», dicen lo siguiente:

    “Si en lugar de un ministro, fuera un señor de la calle vendiendo condones baratos a menores de edad y convenciéndoles de lo mogollón que mola utilizarlos -parafraseando el estribillo de la campaña-, se le podría denunciar por acoso y por cosas peores, pero con los ministros no es fácil”

    Dicho de otro modo, consideran delincuentes a quienes vendan condones a menores, salvo que éstos sean caros.

  8. af
    26 enero 2009 at 22:38

    Pues efectivamente, doña Maripuchi, esa pregunta casi final acerca de los por qués de la actitud de unos y de la de otros es la madre del cordero. Pero estoy convencido de que si somos militantemente machacones en nuestra beligerancia no ya contra la Iglesia Católica, sino contra sus privilegios, sus intromisiones y sus necias admoniciones, iremos scavando, como viene ocurriendo, los cimientos de su edificio. Y veremos una vez más cómo a la piedra más dura, sobre la que ellos dicen haber construido su Iglesia, acaba desgastándola el agua si ésta fluye constante y armoniosamente.

    Un saludo.

  9. 26 enero 2009 at 21:29

    Ellos pueden pensar diferente a ti y decirlo y es libertad de expresión; tu puedes pensar diferente a ellos, pero si lo dices los atacas y es un abuso. ¿Hasta cuando, por Dios, hasta cuando?

  10. 26 enero 2009 at 19:25

    La ley de libertad religiosa será del 80, pero al menos fue redactada despues de la aprobación de la constitución, no así el concordato, en mi opinión claramente anticonstitucional. Yo no sé a qué espera el gobierno para revocarlo.

  11. 26 enero 2009 at 11:28

    Tiran piedras cuando ellos tienen el tejado de cristal. Los argumento de Groucho Varela me serán útiles para exigir la supresión de los símbolos religiosos de los espacios públicos.

  12. Rosamari
    26 enero 2009 at 9:33

    Lo único que se me ocurre es ¿porque tienen más años acreditados?.

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