Divorcios

Nos habla Scout de una epidemia. Las cifras hablan de que un 50% de las parejas que se casan se terminan divorciando. (He tratado de buscar estos datos, pero no los he encontrado, aún así, los doy por buenos).

Ni me escandalizo ni me parece terrible.

La familia como institución primaria en torno a la cual se organiza la vida de las personas tiene su origen hace cientos de años, y es una unidad económica: la mujer a cargo de un bebé (o de los que la naturaleza le daba) no era capaz de proveer caza para el hogar y criar a los niños al mismo tiempo.

La sociedad, muy primitiva, organizaba las labores por pura subsistencia. Los hombres cazaban, las mujeres se encargaban de criar niños, recolectar frutos, hacer la comida para la tribu… todo ello, encaminado a garantizar la supervivencia…

Con la evolución a sociedades más complejas, la familia ha evolucionado muy poco. Hasta hace bien pocos años, se seguía  estructurando alrededor de la figura del padre, que en muchos casos, actuaba como el rey del gallinero: proveía del sustento para los demás, lo cual le confería derechos sobre los demás, de pernada con su mujer, de dominación con todos…

Así, llegamos al siglo XX … y al XXI, con una mujer plenamente incorporada al mundo laboral, que toma sus propias decisiones y tiene esperanzas, iniciativas; que sabe lo que quiere y lo que no quiere, con independencia económica de su marido, que piensa por sí misma y que no está dispuesta a aguantar ni media a su pareja.

Y a mí, qué queréis que os diga, me parece bien.

El amor, hormonalmente hablando, tiene fecha de caducidad. Después de ella, nos encontramos con que si en una pareja no hay una base de respeto mutuo, amistad, proyecto común … no queda nada.

¿Para qué seguir juntos entonces?

Cuando dos personas se casan, es porque quieren estar juntas … en el momento que ya no quieren estar juntas ¿para qué prolongar artificialmente algo que ya está muerto?

¿Tiene la culpa de la cifra de divorcios la nueva ley del divorcio express? Yo, más bien, creo que lo que esta ley ha hecho es poner las cosas más fáciles para que no haya que pasarse años esperando por algo que no merece ni cinco minutos. Bastante dura y traumática es una separación per se…

No me parece más triste ni menos que otras cosas.  Lo que sí creo es que la manida frase «es que ahora los jovenes no aguantáis nada…» tiene una respuesta por mi parte: «ni falta que nos hace, oiga.»

  12 comments for “Divorcios

  1. 21 enero 2008 at 20:46

    Pues, la verdad, yo pienso que no es incompatible lo que piensa Spirit de que el amor puede ser eterno, con otros de los comentarios ¿no?. ¿No firmaríamos todos por un amor eterno?…lo que pasa es que es tan difícil!!!!
    Alguien decía hace poco que el matrimonio debiera ser un contrato que durara 7 años y que cada 7 años hubiera que ratificarlo, estoy totalmente de acuerdo con esa propuesta. Se ahorrarían tantos sufrimientos, tantos aguantar..
    Un día publiqué una entrada sobre el matrimonio que os animo a leer:
    http://ibasque.com/sociedad-y-libertad/el-matrimonio-toda-una-institucion/

  2. 14 enero 2008 at 20:58

    Pues yo sí creo en el amor eterno… llámame romántica o no sé… pero creo en él. Además, creo que las parejas que verdaderamente se quieren, afrontan juntas sus dificultades y se hacen más fuertes.
    Quizás porque tengo 10 hermanos y mi familia está muy unida puedo seguir creyendo en estas cosas, porque es la realidad que yo vivo…
    Feliz Año! Cuídate, besos y un big abra:
    Spirit of dreams;) (f)

  3. 14 enero 2008 at 19:46

    Ya, Scout, yo me imaginé que ibas por esa vía. Aún así lo que tiene que dar pena no es el hecho del divorcio en sí, sino la situación de desamparo de tantas familias sumidas en el puto mileurismo tal y como se está poniendo la vida…
    Los hijos, si la separación se lleva como debería (que no siempre sucede así, lamentablemente) estarán mejor que con los padres juntos y odiándose a gritos… Así funciona.

    Es que al que está en contra del divorcio, yo le condenaría a tener un matrimonio desgraciado para siempre y que lo sufra… y luego, que me lo vuelva a explicar…

  4. 14 enero 2008 at 19:31

    Pues a mí sí me da un poco de pena, sobre todo porque algunas mujeres no quedan muy bien paradas, económicamente hablando. Ya saes que yo trabajo con desempleados, y las mujeres sobre las que hablé en mi entrada eran el perfil típico de mujer desempleada: de unos 35 años, con experiencia como auxiliar administrativo y con hijos a su cargo. Muchas añaden al sufrimiento de una separación o un divorcio, el hecho de no saber cómo se las van a apañar para salir adelante. Porque con sueldos de alrededor de 800 € lo tienen complicado. Eso es lo que me da pena.

    Por lo demás, me parece perfecto lo del divorcio exprés. Ya no tenemos que aguantar estupideces de nadie.

  5. 14 enero 2008 at 18:59

    La gran revolución del siglo XX fue la feminista, sin lugar a dudas. Desde que la tecnología va permitiendo su incorporación al mundo laboral (antes reservado a la fuerza) y la aparición de la píldora le permite decidir su papel en lo tocante a la procreación, la familia ha dado un giro radical. Ya no se depende de alguien para subsistir y, por otra parte, los valores de nuestra sociedad, pese a su tradición de herencia judeo-cristiana, han sufrido un vuelco radical. Todo ha cambiado. Lo lógico es que estamentos como la familia lo hicieran también y que, lo que antes era una sacrosanta unidad, ya no sea ni tan sacro ni tan una. Es lo que nos toca vivir… y, sí, no sólo el amor «hormonal», como tú dices, tiene fecha de caducidad. ¿Hay algo que no lo tenga? Recuerdo al genial Woody Allen, cuando decía aquello de «Dios ha muerto, Marx ha muero… y yo mismo no me encuentro muy bien».

    Un beso, estupenda.

  6. 14 enero 2008 at 18:44

    ¿pero es que hay algo que aguantar??
    Para mi el amor nunca nunca nunca es aguantar; si quieres de verdad a alguien (pareja, amigo, familiar, mascota incluso) no lo «aguantas», lo acompañas. Para mí ahí está el quid de la cuestion cuando acompañarse mutuamente pasa a ser aguantarse es cuando las cosas se vuelven insoportables.-

  7. 14 enero 2008 at 18:25

    Yo no te puedo dar la razón, sobre tu frases, el amor tiene fecha de caducidad. Entendemos el amor atribuido a le espacio de tiempo en que la pasión predomina por encima de todo.
    Después de eso queda lo que tu llamas…»Respeto mutuo, amistad, proyecto común…».
    Eso también es amor.
    El divorcio express, ha facilitado que las rupturas maritales, sean mucho menos traumáticas, y por supuesto más económicas…

  8. 14 enero 2008 at 13:14

    Bienvenido, Luchino.
    También se escandaliza gente no tan de derechas pero más mayor… también se escandaliza gente con poca formación. ¿quizá por los mismos motivos? No lo sé.
    Tampoco hay que achacar sólo a la mujer un divorcio. He argumentado una causa, no todas…
    Hay muchos hombres (incluídos izquierdistas) que no soportan a una mujer dominante y autónoma y prefieren ir por la vida «rescatando damiselas en peligro»… es el rol para el que han sido educados. Es difícil cambiar algo así. De boquilla, dirán que sí, pero ellos prefieren el rol tradicional. Esta actitud choca frontalmente con la concepción de la vida que, cada vez más mujeres, tenemos.

    Yo no creo que la gente se divorcie por (ni con) frivolidad. Me parece más frívolo el hecho de casarse que el de divorciarse, que, por otro lado, no deja de ser un fracaso personal.

    Te casas por amor, por ilusión, por un proyecto de vida común. Si las causas que te unieron se rompen… ¿qué es lo que hay que aguantar?

  9. luchino
    14 enero 2008 at 13:01

    A mí tampoco me escandaliza ni me parece terrible. Algunas cuestiones:
    – ¿ a quien sí le escandaliza ? pues , normalmente, a gente de derechas, conservadores, etc.,
    – puede que esté mal no aguantar nada, pero tampoco aguantarlo todo, que es lo que hacían nuestras abuelas y madres , por razones puramente económicas,
    – con la misma ligereza que se afirma que ahora se separan por frivolidad, o sin pensarlo demasiado , se puede decir que antes no se hacía por la misma razón, en el caso de la mujer, por no tener ingresos propios.
    Es la primera vez, creo recordar, que comento en esta pagina, pero la visito a menudo, y la conozco también de estar por donde Luzbel.

  10. 14 enero 2008 at 9:57

    Efectivamente, Txantxangorri, tenía pensado hacer una nota al pie con ciertas consideraciones, como las que apuntas… y también indicando que me refiero a la familia «tradicional» y no a los nuevos modelos de familia.
    Es un post muy muy generalista. Sólo una pequeña pincelada sin entrar en profundidad.

  11. 14 enero 2008 at 9:45

    Solo el uso de ese verbo, «aguantar», ya hace que las ganas de salir huyendo sean irrefrenables… ¿aguantar qué? ¿a que una historia se transforme en odio?… Quizás el éxito de esa serie nefasta que ponen en no sé qué cadena de la tele, en donde varios matrimonios se dicen auténticas aberraciones mientras todos se parten de la risa, da idea de lo que los bien-pensantes quieren que sea un matrimonio «aguantando»… pura hipocresía, falta de respeto a la dignidad de las personas y desprecio infinito por esas mismas personas que dicen defender…

    Y además, ese «aguante» no beneficia a nadie ni a nada, ni a la institución que dicen defender, ni a la prole, que ven un ejemplo de situaciones a las que nunca se debería llegar.

    Porfa, no más consejos… «aguanten» ustedes…

  12. 14 enero 2008 at 9:45

    Básicamente estamos de acuerdo. También me dijeron a mí, cuando me separe (ahora ya estoy divorciado) que no aguantábamos nada. Respondí parecido: «¿y por qué hay que aguantar?». En ello estábamos ambos de acuerdo, tal vez por ello ahora nos llevemos tan bien.

    Me gusta mucho además la contextualización del hecho matrimonial y los motivos sobre los que se sustentaba.
    Se me ocurren tres consideraciones:

    1.- Hablamos del «mundo occidental, claro»
    2.- Siempre han existido relaciones no matrimoniales. Sobre todo en la historia no escrita.
    3.- Al final se hace lo de siempre, legislar en función de las realidades y demandas sociales (50% de divorcios): ante el derecho a no permanecer unido eternamente a quien no se desea, se regula la forma de «divorciar» dicha unión. Tan sencillo.

    4.- Es cierto que a muchos católicos (quiero creer que a pocos pero muy ruidosos) lo del divorcio les parece un pecado mortal de necesidad (lo que dios a unido que no lo separe el hombre). Y para soportar y vencer las tentaciones… hay que creer en el pecado.
    Pero no nos obliguen a creer a los demás, oiga. Déjeme en paz y váyanse a Rota, por favor.

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