He tenido la suerte de acudir a una charla coloquio con el Doctor Luis Montes, organizada por la Escuela de Formación Tomás y Valiente.
Comentaba con Luis antes de comenzar la charla que la pena era que los que íbamos a asistir a ella, ya estamos convencidos de que queremos una muerte digna y que, por lo tanto, no tenía claro, más allá del placer personal de escuchar a un hombre digno y extremadamente caritativo hablar sobre un tema muy delicado, que estas conferencias sirvieran para algo…
Sí sirven -dijo- para que todos aprendamos un poquito más sobre el marco jurídico con el que nos toca convivir y para que podamos seguir avanzando y conquistando lo que debería ser un derecho: la muerte digna, la muerte buena.
Eutanasia viene del griego εὖ bien y θάνατος muerte, o sea, muerte buena, muerte digna. No es otra cosa que procurar a una persona desahuciada para los tratamientos terapéuticos activos o en agonía, una calidad de lo que le queda de vida: sean unas semanas o unas horas.
Agonía es que te estás muriendo. Cuando aparecen síntomas refractarios que indican que ha fracasado el tratamiento: disnea, fatiga, dolor insoportable… estos síntomas conducen a la inestabilidad hemodinámica. El estrés del paciente moribundo (su reacción ante la inminencia de la muerte, al dolor que siente) también conlleva inestabilidad hemodinámica.
Aún en el caso (que nadie puede afirmar) que sedar acortara la vida de un paciente… ¿qué más da? El paciente ya está agonizando, ¿hablamos de diez minutos, de una hora, de dos?
Esto es Lex Artis.
Lo contrario, esto es, permitir el sufrimiento de un enfermo terminal, es sadismo.
Independientemente de las creencias religiosas de cada cual, la mayoría de personas que se ven en una situación como la descrita, optan por permitir al enfermo descansar: «que no sufra«, piden los familiares.
Para evitar malos entendidos y tonterías fanáticas, es importante que las personas (pacientes) sepan que les (nos) asisten una serie de derechos, recogidos en la ley de autonomía del paciente, de 2002. En esta ley se habla de los testamentos vitales, también conocidos como últimas voluntades o voluntades anticipadas.
Como las Comunidades Autónomas tienen transferidas las competencias en materia de Sanidad, cada comunidad tiene su propio registro. El registro de voluntades anticipadas de Euskadi está en la C/Donosti 1, en Vitoria. Telf. 945019254 y el correo electrónico de contacto es registrodevoluntadesanticipadas-san@ej-gv.es.
Ahí es donde hay que registrar el testamento vital, para que aparezca en tu ficha médica.
Y, como yo no soy temerosa de su dios, a Lamela, Güemes y su jefa, les deseo que paguen en vida todo el mal que han hecho; no ya a Luis Montes y a su equipo, sino a los cientos de ciudadanos anónimos que han tenido que morir entre grandes padecimientos por su culpa.
Lo sé, Manuel. Y deseo de corazón que te vaya bien. Y si no es así, que sea corto e indoloro. Que dicho suena fuerte, pero es que es lo que me deseo a mí misma y a los míos.
Besos grandes.
Estupendo texto, amiga. Todo un privilegio charlar con quien lo ha pasado tan mal tan injustamente por culpa de gentes tan ignorantes y con tan mala folla.
Último post de Animal Político en su blog… Tocar las campanas e ir en la procesión
Desde el principio estuve mentalmente con el doctor Montes.
Nosotros en Andalucía tenemos desde hace ya tiempo el Registro de voluntades vitales anticipadas o Testamento vital.
Yo lo he hecho y la verdad es que me da tranquilidad el saber que no me tratarán como un conejillo de indias aunque no esté en mi ser…
En fin…
Saludos para ti y para el doctor Montes.
Último post de María en su blog… Paterna_de_Rivera_(Cádiz)
Los que de una u otra manera nos hemos visto necesitados de una «buena muerte» para algún familiar o amigo, no tenemos más que dura crítica a los que nos quieren imponer su ética o su inhumana manera de vivir su religión, que es solamente lo que tu muy bien apuntas: SADISMO.
Y, afortunadamente, existen en España muy buenos servicios de cuidados paliativos… y excelentes y caritativos médicos que hacen morir con bondad y dignidad a las personas desahuciadas. El que quiera morir sufriendo en nombre de ese dios que enarbolan, terrible, vengativo e injusto, que lo hagan: es su decisión. Pero no deben obligar al resto de la humanidad a su visión masoquista de la vida y de la muerte.
Último post de Blanca en su blog… SARKOZY, EL SOL VUELVE A BRILLAR DANS LA FRANCE
buen post!
(no suelo dejar comentarios tan anodinos, pero es que ni falta ni sobra ná en tu escrito)
Último post de chile logela en su blog… Chris Cunningham para Gucci