Sigo con el hilo alimentario comenzado ayer…
Estamos de acuerdo en que, mayormente, los alimentos que consumimos no saben a lo que se supone deben saber.
Los tomates tienen la forma de tomate, incluso el color … pero, ¿saben a tomate?
¡¡Ni de lejos!!
Tengo la suerte de poder comer un par de veces al año tomates de huerta familiar y doy fe de que lo que comemos en la ensalada o convertimos en salsa NO es lo mismo.
Pero también doy fe de que los tomates de la tienda son mucho más apetecibles. Son tan redonditos, con ese color tan mono, esa piel tan tersa (conseguida, en muchos casos, a base de encerar, sí, sí, encerar la superficie del fruto)…
Comemos y compramos por los ojos. Las manzanas, plátanos, melocotones que compramos están calibrados. Son todos más o menos del mismo tamaño y más o menos del mismo color… pasan por una criba previa…
Cuando uno ve el árbol, se da cuenta que cada manzana es de su padre y de su madre, que tiene un tamaño y un color diferente. Incluso depende de la altura del árbol a la que esté el fruto…
Una amiga dice que si la manzana tiene gusano es que es buena. Y tiene razón. Si trae pasajero, es que no ha habido pesticida….
Cuando vivía en Madrid, solíamos comprar la fruta en un bengalí de la calle Tribulete. Comprábamos poca, porque la vendía para comer, bastante madura, pero estaba deliciosa. Eso sí, tenía un aspecto lamentable. Claro, a él le salía más barata y también la vendía mucho más barata que los fruteros del mercado contiguo…
¿Por qué tragamos con fruta madurada en cámara? ¿Por qué, sabiendo que el aspecto no tiene que ver con el sabor, compramos con los ojos? ¿Tenemos culpa los consumidores de los mierda-productos que consumimos?
Pero la pregunta sigue siendo, creo yo, si en ausencia de estímulos nos decantamos por la manzana/tomate hermoso y encerado o por el que tiene forma de yuca y sabrá mejor. ¿Nos han educado para comprar por los ojos o somos autónomos y compramos por lo que sabemos que tendrá un gusto más natural? Y son los tomates, manzanas, pollos, carne y pescado, y también las cenas en restaurantes, cuántas veces estamos oyendo diariamente que la presentación de un plato es casi más importante que el plato en sí mismo. La cosa es complicada, y aún tengo que volver a ver a una sola persona que en el mercado compre con la nariz y no con los ojos; porque, os lo aseguro, las naranjas huelen a naranja a tres metros de distancia. Y los limones, y las manzanas. Los buenos, digo.
Me he venido de San Sebas cargada de tomates, no os digo mas.
Hace muchos años que desconocemos lo que nos llevamos a la boca, y es extensible no sólo a la fruta, leche, pollo etc, tan sólo presumimos…somos conscientes de los conservantes, edulcorantes, antioxid…etc,etc.La razón es que es imposible dar de comer a tanta gente de la manera natural, a los precios que conocemos.Un pollo comprado en Madrid, si te descuidas en la cocción, desaparece en la olla junto con el caldo, huesos incluidos, porque es necesario un año para criar uno de forma natural, un pollo pollo, que despues de una hora de cocción su carne sigue «entera» y este ejemplo es válido para casi todo
Sí, llevas razón. Todo es mucho más artificial. Yo tengo la suerte de haber plantado unas berenjenas y unos tomates(muy pocos porque era una prueba) y están deliciosos y se nota mucho la diferencia. Aunque es verdad que son más feos.
La sociedad de consumo es lo que tiene. Habría que comprar en las coperativas de comercio justo. Yo lo empecé a hacer pero era muy complicado, por mi situación de no estar en un sitio sólo.
Salud y REpública
Claro que no hay fácil solución, pero ¿qué me decís de la imagen?
El otro día me dio mi suegra unos kilos de manzanas golden, absolutamente todas con inquilino… de distintos tamaños y formas (sí, no todas las manzanas crecen igual). Las había bicolores … más monas …
Hice una compota (sin azúcar) absolutamente deliciosa. Creo que aún huele la casa a compota mmmm
En ningún súper (ni tienda de barrio, al menos el mío, Nerea) encuentras manzanas golden que sepan como estas…
El pollo? El que venden aquí con la etiqueta euskolabel (de caleya de toda la vida), es amarillento, no como el normal, que es blanco. Sabe, cosa que el normal no… Pero el precio por kilo supera los 10 euros…
Si hablamos de cordero, ídem de lienzo…
Si hablamos de ternera, misma historia…
Conozco algo el mercado de productos ecológicos y lo que comemos habitualmente es caca…
Graccus, mi suegra (que tb cria algun pollo) siempre dice que no compensa lo caro que sale criarlos, no comen pienso, solo maiz, verduras y cereales. Lo hace por que «sabes lo que comes» y por que cualquier parecido con un pollo del spermercado es….no, no se parecen en nada.
Si ya criarlos sale caro, ponte tu a pagarle a alguien que logicamente quiera sacarle un beneficio aunque este sea minimo.
Sigo pensando que tengo mucha suerte…
Más besos
yo os puedo decir con conocimiento de causa, que el tomate que se come en España, el que compramos en las tiendas, no tiene nada que ver con el tomate-tomate.
En mi época bonaerense he comido los tomates y las patatas más deliciosos de mi vida. Con razón, son una «creación» americana estos dos productos y éso se nota y el sabor y aroma del tomate no es ni parecido a lo que yo estaba acostumbrada a comer. De la patata… ya ni comento, porque allí no hay esa extraña división de «para freir», «cocer», etc… esa única patata vale para todo y es deliciosa, harinosa y sabrosa, no esa cosa llena de agua que aquí nos largan…
Tienes razón, pero no es fácil la solución.
¿Te acuerdas de que Carpanta soñaba con pollos asados?
Hoy en día es un plato baratísimo, aunque no sepa a nada, pero antes era un lujo para la comida del domingo de los ricos. (Al menos en la ciudad).
La producción en serie y el bajón de calidad ha generalizado el acceso.
¿O con las pensiones que hay, se puede comprar pitu de caleya?
Los alimentos naturales, o de granja, se han convertido en regalo de un familiar del pueblo, o artículos de lujo, al alcance de pocos.
La falta de tiempo, y sobre todo los precios, imponen a muchas personas la manera de hacer la compra: el fin de semana en el centro comercial. Pararse un poco y dedicar tiempo a la despensa supone también dedicarle tiempo a la salud, y para mucha gente no es una prioridad. Yo he redescubierto las tiendas del barrio. Salir con mi carrito de la compra, y pasearme por las tiendas, charlar con los y las comerciantes. Debemos darle más importancia a la SALUD, porque estos productos prefabricados trabajan en contra nuestra. Claro, para conseguir esto hace falta tiempo y conciencia. Mientras no lleguemos al convencimiento de lo que es importante, seguiremos comiendo lo que nos vendan, que muchas veces no sé en que se diferencia de las frutas y cachivaches con las que juega mi hija en su mercado de juguete.
Buenos días!!
Yo tengo la suerte, suertisima y suertuda de tener mucha familia en la aldea…que una es mu fisna, mu fisna pero la cabra sigue tirando al monte…a lo que iba, mis suegros tiene una casita con algo de terreno y plantan, tiene gallinas y una vez al año matan un cerdo; una prima mia, ademas de todo eso u más tiene vacas y cria terneros de leche, eso es lo que comeremos hoy un trozo de jarrete cocidito solo en agua y preparado «o caldeiro» = chorreton de aceite de oliva virgen extra y pimento picante del bueno, pa morirse!!! pero si es carne de plástico ni lo intenteis.
Este verano estabamos un buen grupo de amigos comiendo en la finca y me di cuenta del lujo que habia en nuestra mesa, lo unico que no era «natural» (o sea criado en casa) era en pan, y era pan de Ousa que se hace con trigo «del pais» que es oscutiro y sabe y huele a pan.
Lo dicho un lujo!!
PD. Las manzanas de mi finca son feas de cojones pero no veas que mermelada hacen!! (les quito el «inquilino» antes)
MUAC!!!!
Desde que yo también tomo tomates de una huerta familiar, YA NO HE VUELTO A TOMARLOS COMPRADOS POR MÍ.
En el fondo es un flaco favor el que me han hecho, porque, aunque sea inflados y reconvertidos en piezas de plástico, supongo que tendrán aún algo de su valor alimenticio, y yo los he restringido a las dos veces contadas que recibimos una bolsa al año.
Realmente es cierto, y supone un punto de inflexión importante darse cuenta de repente que te han estado engañando toda la vida.
Y… qué ricos están los tomates de verdad… (el otro día le dí uno a mi hermana y se lo acabó tomando a mordiscos, ya te lo digo todo).