Cuando una pareja se queda embarazada, lo que más desea es que el bebé nazca sanito. Con sus dos brazos, dos piernas, cinco dedos por mano y pie. Que todo vaya bien…
Incluso tiene expectativas (que luego no se cumplen, claro) con respecto de cualidades físicas y psíquicas, de tal suerte que queremos que nuestros vástaguillos sean más altos, rubios y con los ojos azules que nosotros, que sean más inteligentes, que sean atléticos, que sean… perfectos.
Evidentemente, la realidad no es ésta. Ni siquiera los futuros papás aspiramos a tanta perfección… aunque la soñamos, doy fe…
No puedo explicarme barbaridades como ésta.
Que uno pueda vivir normalmente con una discapacidad es evidente. Es más, los invidentes, los sordos… desarrollan al máximo el resto de sus sentidos y suelen ser personas muy especiales.
Pero de ahí a querer que tu hijo sea discapacitado y privarle, quizá artificialmente, de un sentido, me parece escandaloso..
No sé, qué pensáis…
Me he quedado anodadado. Parece una broma de mal gusto. No termino de entender que unos padres no puedan desear lo mejor para su hijo.
Si es que… hay de cada padre suelto…que mejor no llamarlo padre si no procreador sin más.-
Perdón, debe decir «no privar…»
No pongo en duda la felicidad y el desarrollo personal que les produce vivir en una comunidad con una lengua propia. Pero creo que deberían privar a su futuro hijo de decidir por él mismo, de conocer otras lenguas y comunidades.
No tengo claro cual es su enfoque. No se si es egoismo para que no surjan diferencias. No se si es porque no quieren que el niño no se sienta fustrado con respecto al colectivo de su familia y se aleje.
No se bien que pensar, a priori parece restarle a un hijo todas las posibilidades que la naturaleza te ofrece.
Pues a mí no me es difícil: yo puedo 🙂
Zalakaín, creo que no se pueden comparar las dos cosas…
A mí me parece que desear tener un hijo sordo no es más,ni menos, aberrante que desear tener un hijo alto y/o rubio y/o de ojos azules y/o cualquier rasgo eugenésico.
Yo soy oyente, pero conozco la LSE (Lengua de Signos Española), que aprendí en una asociación local de sordos. Por pura curiosidad, no por tener ningún familiar ni allegado sordo.
Es por esto que estuve durante 3 años en contacto diario con este colectivo y puedo afirmar que ellos mismos se autoexcluyen de la sociedad. Sin muy cerrados, no les gusta que un oyente se «inmiscuya» en sus vidas, salvo cuando luchamos a su lado por el reconocimiento de sus derechos, el primero de todos el reconocimiento de su propia lengua.
No me extraña la noticia porque conozco su forma de pensar, pero desde luego me parece aberrante. Cómo serán que conozco a un amigo sordo de nacimiento que se hizo un implante coclear y a los pocos meses se volvió a operar para retirárselo porque no aceptaba dejar d eser sordo. Y no porque le molestaran los sonidos (a lo que tuvo que acostumbrarse rodeado de especialistas) sino porque su familia y amigos sordos ya no lo consideraban un igual. Muy duro. Muy muy duro.
¡Pues menos mal que no se les ocurrió pensar que el futuro del nene será mejor estando castrado!
Puede que traten de disfrazarlo con esa intención, pero en el fondo sigue siendo egoísmo. Ellos, quizás de forma inconsciente, no desean tener un hijo que les recuerde su carencia, no quieren un hijo que tenga algo que ellos nunca podrán tener, y por eso se autoconvencen de que es mejor ser sordo.
Hermano, es que ellos no actúan en egoísmo. Están convencidos de que el futuro nene va a ser mejor siendo sordo!!!????!!!!
Es una notocia extraña. Es una prueba más del egoísmo humano. De como anteponemos nuestra felicidad a la de los demás, aunque sean nuestros propios hijos.
Siempre he defendido que la felicidad y el bienestar de un niño está muy por encima de la felicidad y la realización de un padre (léase madre).
Es algo parecido a la adopción (hablo de cualquier adopción, ¿eh?), ésta debe tratarse como el derecho del niño a tener una familia, a ser feliz, y no como el derecho de un adulto a realizarse como padre (léase madre).
En este caso, se lleva al paroxismo este egoísmo innato en los humanos. Realmente triste.
Es lo más aberrante que he leido ultimamente. Aparte de sordos, también veo que son discapacitados del sentido común, ¿no?
Un abrazo