Si vuestros congeladores son no-frost, tenéis muuuucha suerte. Si no es el caso, seguramente de vez en cuando se os llena de escarcha, algo que no sólo es molesto sino que además, es malo para el electrodoméstico y hace que consuma mucha más electricidad.
Es hora de hacer una limpieza express del congelador, para lo cual vamos a necesitar:
- Una toalla vieja.
- Una bayeta.
- Agua caliente.
- Una espátula de madera.
- Bolsas de congelado.
Lo más importante es no romper la cadena de frío, para lo cual deberemos meter en las bolsas de congelado todo el contenido del congelador. Añadiéndo incluso cubitos de hielo y unos puñados de sal (que hace que tarde más en calentarse).
Desconectamos el congelador. No es necesario apagar la nevera. La mayoría de frigoríficos actuales tiene función separada.
Sacamos los cajones y dejamos las baldas limpias.
Intentamos raspar (con cuidado de no dañar el circuíto) los bloques de hielo y la escarcha y la vamos recogiendo en cacharros.
El agua resultante de la descongelación puede servir para regar las plantas o para la plancha.
Mojamos la bayeta con el agua caliente y vamos frotando poco a poco las zonas más congeladas. Si hay áreas que se resisten, podemos dejar un recipiente con agua hirviendo y cerrar la puerta del congelador por unos minutos.
Seguimos rascando con la espátula y secando con la bayeta hasta que la operación esté concluída.
Yo he tardado una media hora en total y me ha quedado como la patena, vamos…
Una vez limpito, se vuelven a meter los cajones y la comida en ellos.
¡Ah! ¡No os olvidéis de volver a conectar el aparato!
Muy bien Maripuchi, ya tenemos un caminito andado. Besazos.