Ayer escribía Moscas un post preocupante … En realidad, el post no era suyo (más allá de los dos últimos párrafos), sino del bloguero Marc Vidal.
Yo tengo un problema. Y es que, como nuestro presidente del Gobierno, soy optimista y positiva. No lo puedo evitar. Ni quiero hacerlo.
¿Estamos a las puertas del verdadero apocalipsis? ¿Merece la pena ir pensando en comprarse un par de cerdos y emigrar de nuevo al pueblo? ¿Será verdad que la sangría no ha hecho más que empezar? ¿Qué os parece?
Del talante. Va a depender del talante.
Pero no todos los que estén bien informados han de estar pesimistas ante el futuro. De hecho, la banca está bien informada, clava las cifras con sus estudios mejor que el gobierno y sigue teniendo un futuro esplendoroso.
Yo creo que el pesimismo y el optimismo va por barrios, aunque yo reconozco que de un tiempo a esta parte soy incapaz de ver un futuro donde mis hijos vivan mejor que yo.
Besos.
En absoluto de acuerdo. Eso significaría necesariamente que TODOS los que están bien informados, tendrían que ser PESIMISTAS y no es así.
Depende del carácter… y no de la información.
¿Gente que nace pesimista?… no se, no se.. Yo creo que ese carácter es más fruto de la experiencia, pero prometo pensar sobre ello.
Pues no se porqué no huyen, Maripuchi. A lo mejor es porque ni les va ni les viene una crisis de esta magnitud en primera persona. A eso si que no te puedo responder. Lo que si puedo decirte es que la cosa está muy mal y va constantemente a peor. Unos tenemos el «privilegio» de ver como aumentan constante y paulatinamente las peticiones de ayudas en los servicios sociales, por ejemplo. Y te puedo asegurar que el run run constante en mi departamento es que la que se avecina es chica, y los siguientes en sufrir la falta de liquidez y por lo tanto dejar de pagar a proveedores serán las administraciones públicas.
Ojala no vaya a más. Pero bien harían nuestras autoridades en hablar claro. Porque hace un año no había crisis (una moderada desaceleración en un país con superavit preparado para cualquier contingencia). eso decían.
No estoy de acuerdo con tu definición de pesimista. Hay gente que NACE así…
Tengo una duda, si todo es tan horrible, ¿por qué los «listos» que lo vaticinan no han huído ya?
¿Es que quizá no vaya a ser para tanto?
Un pesimista es un optimista bien informado, Maripuchi.
Yo la verdad creo que va a liarse parda porque esto no ha hecho más que empezar. Marc adelanta una situación explosiva que puede darse a la vuelta de la esquina. ¿Que pasará cuando se acaben los subsidios y la recuperación no exista?.
Antaño estas crisis se las comían entre toda la familia. Había un soporte familiar muy importante. Hoy la composición social es diferente. Te hablo de inmigrantes por ejemplo o incluso de familias sobreendeudadas que están al límite.
Lo malo que tiene Marc es que siempre va acertando…
No seré yo la que rectifique al refranero.. aunque te diré que soy buena «devolvedora» 😉
Apocalipsis, sin duda. En unos 30 años a lo más tardar. Te dejo unos enlaces para optimistas irredentos:
«El capitalismo no existirá en 30 años»
http://www.publico.es/dinero/196245/capitalismo/existira/anos
http://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_de_Olduvai
http://www.crisisenergetica.org/article.php?story=20061201085630764
Este último libro (es curioso lo de la fiesta: según Vidal, empieza; según Heinberg, acaba) lo tengo y te lo dejaría, pero acabo de acordarme de un par de refranes: «Quien deja un libro a un amigo, pierde un libro y pierde un amigo», y «Sólo hay una cosa más tonta que dejar un libro: devolverlo». 😉
Marc habla de autismo social, la palabra es muy fuerte por lo que, en la realidad representa. Hay como un rechazo a todo lo que cuestione, pienso, nuestra comodidad. Y posiblemene no nos demos por aludidos, como ocurria con el nazismo. Hasta que no nos toque directamente, lo ignoramos Espero, yo también, equivocarme. Saludos