Un año más volvemos al cole. Este curso, creo que estamos un poco mejor organizados que el pasado, cosa que no es nada fácil, porque el mayor ya empieza preescolar (diox, qué mayorrr) y la cuqui va a sitio «conocido»…
Pese a estar de vacaciones esta primera quincena de septiembre, no puedo organizarme para las adaptaciones sola. Y es que el sector de la enseñanza cada día nos lo pone más difícil a los padres…
Mi madre no trabajó durante nuestra primera infancia pero jamás necesitó ayuda de ninguna persona para llevarnos al cole o a la parada del autobús. Ahora hacen falta tantas personas como hijos para poder adaptarles…
La niña empieza el lunes 8. Los dos primeros días, irá a clase de 9.30 a 10.30 y yo tendré que estar con ella en el aula. El resto de días de la primera semana, mantiene el horario pero ya irá solita…
De ahí a fin de mes, el horario será de 10 a 12.
Empieza comedor el 23, siesta el 29 y el 1 de octubre en horario normal.
Vamos, que del 30 de septiembre al 1 de octubre pasa de estar 5 horas a estar 7. Este año, como se queda a comer, el cambio no es tan brutal como el curso pasado, que pasó en un día de estar 2 horas a estar, al día siguiente 7…
Con el niño no es mucho mejor… La primera semana, va dos días. Martes y jueves. Hora y media. La semana siguiente, media hora más. La siguiente otra hora más… y el 1 de octubre ¡zas! las siete y media seguidas…
Como habréis podido comprobar, los horarios se solapan. Si estoy en clase con la niña, no puedo estar al mismo tiempo llevando al niño al cole…
Por no hablar de las reuniones explicativas de normativas varias, a las que, por supuesto, hay que ir sin niños…
Los expertos insisten en que la adaptación es necesaria, pero yo sigo cuestionándome si tanta adaptación, poner todo tan fácil a los niños no hace el efecto contrario: desadaptación, intolerancia a la frustración.
Teniendo en cuenta que los niveles de exigencia en cuanto a conocimientos cada vez dejan más que desear… no tiene lo nuevo por qué ser necesariamente mejor…
Los niños son muy pequeños, vale. Pongámosles una adaptación de quince días con horario progresivo. Primeros dos o tres días una hora y luego vamos aumentando a una diaria hasta las 7…
Recuerdo mi primer día de cole como si fuera hoy. Cole nuevo, seño nueva, amiguitos nuevos. ¿Éramos nosotros más resistentes?
Hay niños que ni con este mes de «prueba» se adaptan y necesitan hasta Navidad…
Luego si no siempre funciona, ¿por qué esta cruz de septiembres?
Y es que los profes también necesitan adaptarse… y sobre todo, mucho curro administrativo: organizar las clases, preparar los materiales…. ¿no será que la adaptación es una milonga para no contratar personal administrativo en los colegios?
Hola Maripuchi, soy tu prima Beatriz que trasiego con el cole oye y si van el primer dia entero y se dejan de historias. Mis hijos, que tu conoces,y todavia son pequeños fueron al cole de golpe, 8 horas desde el primer dia y han salido bastnte normales. Creo que protegemos de masiado a los niños y estamos haciendo que no sepan enfrentarse con las dificultades más basicas de la vida, que realmente es bastante «jodida».
Bueno pues eso, besos a tus pequeños y que sobrevivais.
Bea
¿Y unas jornadas de adaptación para que los padres nos vayamos adaptando a las adaptaciones de los críos?
Todo esto me parece un poco una locura.
Un saludo.
Pues yo juraría que desde que hay tanta adaptación hay más fracaso.
Una de las razones por las que a nosotros nos expulsaron de la educación pública fue la cantidad de dificultades que ponían a los padres trabajadores. A nosotros en Alpedrete, en 1997, no nos aseguraban que el colegio público, entonces único, fuera a tener servicio de comedor y «los primeros del cole», de manera que al tener que contratar a alguien, en principio desconocido, que se hiciera cargo de nuestro hijos esas horas, dado que el colegio privado, no concertado (la concertación es un atraco social a mano armada), que unos conocidos iban a abrir en Villalba, en régimen de cooperativa, nos salía incluso más barato que el contratar a alguien y nos ofrecía más confianza, con todo el dolor de nuestro corazón optamos por la enseñanza privada. No nos arrepentimos, al menos nos hemos ahorrado conflictos con Comuniones, crucifijos en las aulas, etc…. Eso cuando la educación estaba en manos de Ruiz-Gallardón, hoy en manos de Esperanza Aguirre ni la más mínima duda. Desde el primer día, y Álvaro no había cumplido 3 años porque cumple en diciembre, hizo el horario completo, y tan feliz porque estaba con niños de su edad y jugaba, a esos años la adaptación es inmediata. Es ahora, a punto de empezar 3º de ESO, cuando le va a costar adaptarse, adaptarse a no trasnochar, adaptarse a madrugar, aadaptarse a tener que estudiar por la tarde. Y ahora si que no hay periodo de adaptación ni gaitas.
Mi hija, recuerda que coincide en quinta con uno de los tuyos, comienza la semana que viene su primer curso en «el cole de los mayores». Y ya me voy a tirar unos días hecho polvo, ya que durante los mismos sólo debe ir a clase una, dos tres horas, y así sucesivamente. Vamos: que me joderán varias mañanas. Y me las joderán a mí porque tengo la «suerte» de ser autónomo, y no estoy sujeto a horarios laborales (si no tengo juicios, claro; cruzo los dedos) …ni cobro si no trabajo. Cada mañana de esas me costará un mínimo de 67 euros que dejaré de ganar.
Yo recuerdo que cuando era pequeño no obligaban mis padres a ayudar a trabajar a los profesores de párvulos ni de preescolar, y no he sido un niño desatendido, abandonado, inadaptado…
Insisto en que la primera política social que debe afrontarse es la conciliación de la vida laboral y familiar.
Se me hace un nudo en la garganta escuchar tantas tontadas, cuando yo iba a la escuela ibas a las 8 y salias a las 2 de la tarde y punto.
Sí que os lo ponen difícil a los padres, si.
Saludos