Cincuenta castañas.
Como estas:
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En algún momento del año pasado di una formación a personal investigador de una institución. Refiriéndome a ellos, dije que eran jóvenes. La persona con la que estaba hablando me dijo: “¿Jóvenes? Pero si tienen 40”.
A mí, los de 40 me empiezan a parecer “jovencitos”… y los de 20 me parecen niños, directamente…
Yo no me siento especialmente joven. Ni, desde luego, soy una anciana. Pero con 50 ya voy acumulando una cierta experiencia. Eso de prolongar la juventud se nos está yendo de las manos. Feliz de cumplir años y de seguir acumulando experiencias… aunque, la verdad, vivir en un cuerpo de 30 para siempre sería fabuloso… pero no si es a costa de no vivir, si es así, yo paso.
Llevo 7 años celebrando mi cumpleaños dedicándome un post. Cada año he procurado darles un estilo diferente: unas veces he hablado de las cosas molonas que me habían pasado el año anterior, otros he contado curiosidades sobre mí… Creo que este año me decanto por otra tanda de curiosidades. 50 años son muchos para acumular anécdotas y, lo mismo que para recordar fechas históricas soy un dolor, para otras cosas tengo una memoria envidiable. Mientras me dure, hay que aprovecharla.
50, además, es un número redondo. Empezar década siempre tiene algo especial.
Así que vamos con tanda de curiosidades sobre mí misma, hop hop:
- Tengo una memoria espectacular para las canciones. Me sé cientos. Muchas las reconozco con apenas unas notas.
- Por contra, tengo una memoria espeluznante para los nombres, salvo los de la gente con la que fui al cole, que de esos me sé el nombre y los dos apellidos (muchas listas pasadas). Si no me acuerdo del tuyo, no me lo tengas en cuenta, es que mi memoria es muy selectiva.
- Se me han olvidado la mayoría de nombres de las calles de Oviedo y Madrid (las ciudades donde he vivido más tiempo junto a Vitoria-Gasteiz). Sin embargo me sigo orientando bien por nombres de bares o comercios que ya no existen. En mi mente siguen existiendo. El mundo se paró el día que me fui y ahí se quedaron.
- Me sigo sintiendo asturiana, pese a que he pasado la mayor parte de mi vida fuera de Asturias. También un poquito vasca de adopción, al fin y al cabo, elegí vivir aquí.
- De mis cuatro abuelos, tres eran asturianos y el otro, manchego. De hecho en un test genético queda patente que tengo sangre astur a tutiplén. La francesa también tiene explicación y es que el antepasado Juesas parece que apareció en un pueblo de Castellón proveniente de otro llamado Joyeuse, que en langue d’Oc es Juèsa, o sea, Alegría…
- Y, como no podía ser de otra forma, soy una tía optimista por naturaleza. Siempre pienso que lo mejor está por llegar y que estamos en un momento estupendo. Ya luego la realidad me pone en mi sitio… pero no entiendo otra forma de ver el mundo. Alegría total.
- Me flipa hablar con mis hijos y tener conversaciones de horas con ellos ahora que se les ha pasado la adolescencia. Son insaciablemente curiosos (y parlanchines). Los dos.
- Cuando terminamos COU, había una fiesta en el colegio, a modo de despedida… a la que seguía una farra en una discoteca, por supuesto, con barra libre. Esa noche bailé más veces Cacao Maravillao que el resto de mi vida junta. Y por la mañana cogimos el bus del colegio para ir a hacer la conga por los pasillos. Fue el último año de conga. Al año siguiente, según me contaron, lo prohibieron.
- Fui a clase de danza del vientre durante unos cuantos años. Una vez actuamos en Leganés, como teloneras de Tontxu. El por qué me apunté… long story short: mi prima se quería apuntar pero no ir sola y me pidió que fuera con ella. Adivinad qué pasó después…
- Cuando cumplí 12 años, mi amiga Lucía me regaló el disco azul de Parchís y me sentó fatal. Yo que me creía supermayor… su madre no debía pensar lo mismo, clara-mente… Nos reímos mucho cuando recordamos esta anécdota. Cuando la recuerdo yo. Por supuesto Lucía la ha borrado de su mente).
- A la primera de mis amigas que cumplió 50 su marido le hizo una fiesta sorpresa y toda la panda del cole la fuimos a buscar a su casa en limusina. FIESTÓN.
- No pasa nada por no tener una opinión formada sobre un tema concreto. Esto es algo que tiene solución. Busca información, lee sobre el tema. Dedícale algo de tiempo, reflexiona y forma tu propia opinión (si es que te interesa tenerla, que si no, tampoco pasa absolutamente nada).
- La persona que mejores chuletas hacía del mundo es mi tío Quique. Era capaz de resumir libros enteros en los bolis bic. Además tiene una letra preciosa. A mí siempre se me dieron tirando a mal. Y en bolis ni soñarlo, no me cabe ni puedo leer tan pequeño.
- Mi tío Quique, por cierto, era mi camello musical. Como solo me saca 9 años, en los 80s me proveía de todo tipo de discos para grabar y escuchar… Sí, en aquel tiempo las copias privadas se hacían sin piedad y nadie ponía el grito en el cielo ni nada. Me sabía su discografía de memoria. Qué buen gusto.
- Recuerdo perfectamente el olor a humedad y casa vieja de la escalera de la casa de mis abuelos, que ya no existe. Se la zumbaron en los 90 para hacer un edificio moderno de mierda. En el tercero de su casa vivía una familia francesa.
- Recuerdo el número de teléfono de mi primera casa, el de de casa de mi tía, el de mis abuelos, el móvil de mi marido y el mío propio (y, para mi vergüenza, el de mi ex). Y ya. No me sé ningún otro número de teléfono. Es acojonante.
- El viaje más divertido que he hecho en mi vida fue con mi tía, a Grecia, cuando acabé la carrera. Creo que nos salieron arrugas de tanto reírnos.
- El más friki y más sentido, cuando fui a Las Vegas y a Boise y recorrimos el Oeste (de Nevada a Idaho, Montana, Wyoming y vuelta) en un Mustang descapotable.
- Según la app Been he estado en un 16% del mundo, un 52% de Europa y un 54% de EEUU. Esto porque tiene en cuenta los Estados visitados, claro… Evidentemente conozco más y mejor Europa. Aunque soy original, porque he estado en Nebraska y Dakota del Sur… y eso es muy para nota.
- Cumplo mis promesas. El año pasado le prometí a mi hijo que le llevaría de viaje el verano pasado y estuvo conmigo un finde largo en Bruselas que, por cierto, me vino a visitar un amigo alemán que vive en Vancouver y fueron unos días magníficos. Luego nos cancelaron el avión de vuelta y tuvimos anécdota de viaje también. Él lo recuerda con cariño (y yo más).
- Llevo 21 años queriendo ir a Jaialdi. Algún día lo conseguiré. Espero que más pronto que tarde.
- La primera vez que viajé con niños, mi mayor tenía 15 días. He viajado con mis hijos desde que nacieron: a Portugal, a Francia, a Italia, a UK, a USA y Canadá… No hay nada que me guste más (y a ellos). Aguantan avión, coche, aeropuertos… lo que les eches. Y cuando eran pequeños, en el avión se portaban como campeones… Sí: salvo de bebés, que es incontrolable, todo lo demás se puede controlar, que no te la cuelen.
- Solo he ido a un viaje de estudios en mi vida: a Andalucía por la Vía de la Plata y vuelta por Toledo y Madrid. Fue en 8º (si eres joven, en 2º de la ESO de ahora). También estuve en la Expo de Sevilla cuando estaba en primero de carrera y en Port Aventura y el Hotel Arts en Barcelona cuando estaba haciendo el primer máster. Y ya. Hay que desmitificar los viajes de estudios. Nadie quiere ver las mismas cosas que tú y convivir con los pedorros de tu clase una semana 24h al día no suele ser buena idea.
- Soy una reina haciendo maletas. Capaz de meter la ropa de una semana en una maleta de cabina. Y además, las hago en 10 minutos (y hasta la fecha no se me ha olvidado nada importante jamás).
- El año pasado en la mudanza aparecieron incunables como una carpeta del colegio con firmas y dedicatorias de media clase, fotos de chavales que me gustaban cuando tenía 15, una caja con cosas y fotos de mi abuelo, y cosas mías varias, entre ellas el carnet de la EOT de cuando hice el máster. Era jóvena.
- Hace dos años necesité documentación de haber hecho ese máster y me volví loca buscándola. Al final apareció… pero qué pesadilla. Ahora la EOT depende de la Universidad Rey Juan Carlos (sí, la de los másteres por la patilla. El mío fue duro, ojo…). La URJC conserva la documentación de lo que era el grado de Turismo entonces, pero ninguna de los posgrados… así que menos mal que la encontré porque si no, habría sido como si no hubiera hecho nada. Tócate los cojones, Maribel.
- Solo he empezado soltera dos décadas de mi vida. La de los 10 años (naturalmente, añado) y la de los 30, que me acababa de separar de mi expareja. Me duró poco la soltería… El resto, siempre he tenido pareja; dos, tampoco te creas que he sido Liz Taylor.
- De chavala tocaba la flauta, pero no solo en el colegio. Iba a extraescolares de flauta y tocaba en un grupo con otros flautistas. La verdad es que siempre he sido musiquera y he ido a clase de piano, de guitarra… pero lo de la flauta es porque en unos encuentros musicales que se hacían por Santa Cecilia había un mocín que me gustaba. Benito se llamaba. También me acuerdo del apellido, pero demasiado texto, como diría mi hija…
- Esto de la guitarra me ha recordado a una clase que faltamos porque nos mandaron a ensayar alguna canción para una misa en el colegio… Mi amiga Lola y yo y nuestras guitarras… así que ensayar ensayamos, pero quizá no las canciones que debíamos haber ensayado. Recuerdo que cayó alguna de Bob Dylan y alguna otra de los Stray Cats… El caso es que cuando llegó la misa y nos pusimos a tocar, alguien se atragantó y a nosotras nos dio la risa y todo fue un desastre (y una risa). Vivan los 16.
- Aquella fue la época en la que nos pasábamos los recreos haciendo escenas de películas: La Princesa Prometida, Grease, El Sentido de la Vida, Rebelión a Bordo, cualquiera de Mel Gibson, really. Visto en la distancia, mezclar a Monty Python con Mel Gibson se me antoja raruno… pero entonces era lo más.
- Aquella también fue la época en la que Lola y yo nos escribíamos en clase notas continuando una la historia de la otra y luchando por un galán. Un día, Don Enrique le pilló con la nota y, seamos realistas, aquello no lo podía leer nadie… así que tras corretear por la clase un buen rato huyendo del profe, decidió comerse la nota. No me acuerdo del castigo, supongo que algo nos pasaría. Aquello fue el principio del fin de aquellas historias. Una pena no poder releerlas.
- Me gustan los planes espontáneos. Alguna vez he hecho locuritas de irme a pasar el día a 300 km y volver… o de ir a irme de viaje y no saber dónde hasta el último momento.
- De tanto en tanto necesito ver y oler el mar. Es raro, porque no me crié en ningún sitio costero, pero suficientemente cerca, parece. El olor a salitre y ver la inmensidad me dan la vida.
- Ya no me puedo poner bajo el sol. Después de que en diciembre me quitaran un carcinoma basocelular, huyo del sol. En realidad llevo años buscando sombras. No me sienta bien, pero me gusta ver el cielo azul.
- Me gusta provocar, como cuando conduzco por Madrid con Manel a todo trapo… o aquella vez que pusimos AC/DC a todo volumen a la hora de la siesta en una urbanización pija 😈… pero hasta ahí. En realidad son provocaciones inofensivas.
- En el 93 me disfracé de Camilla. Eran tiempos de escándalos, conversaciones robadas y tampax. Quién nos iba a decir que se convertiría en reina de Inglaterra.
- No me gusta pintarme la cara de colores. Nunca me he disfrazado de nada que implique pintarse la cara. Por contra, me gusta maquillarme, aunque lo hago poquísimo (por la pereza extrema de desmaquillarme).
- Hace 35 años que le soy fiel a Brad Pitt. Últimamente compite de forma estrecha con Pedro Pascal, las cosas como son. Este último no solo está estupendo sino que lo es…
- Este año me han quitado el aire The Last of Us, Mare of Easttown, The Split y Yellowstone. Ah, y Downton Abbey, que he visto con muchísimo retraso. La primera es muy espectacular, me ha flipado. La de House of the Dragon está bien, pero no me ha enganchado ni de coña como GoT. No me creo a Alicent y eso es un problema.
- Si no me está gustando la serie, la peli, el libro o lo que sea, lo dejo. No me siento en la obligación de terminar nada. Apago la tele, cierro el libro. Chau.
- El año pasado descubrí que no solo no se me ha olvidado el francés sino que soy capaz de dar una clase en este idioma… pese a que lo practico entre cero y nada. ¿Algún voluntario o voluntaria que le apetezca?
- Llevo cotizando desde junio de 1996 ininterrumpidamente. Desde hace 5 años, algunos meses, con doble cotización. En la empresa donde trabajé más tiempo, estuve 9 años y casi medio. Llevo cotizados 9787 días, lo que vienen siendo 26 años, 9 meses y 19 días, que se dicen pronto.
- Cuando trabajaba en mi primera empresa tenía un buen grupete de amigos y quedábamos los viernes a tomar cañas en bares poligoneros. Era un momento mágico. Repetíamos en vísperas de festivos y siempre que nos cuadrara bien.
- Este ha sido el año de las gafas progresivas. Me las puse el 13 de febrero y no me las he quitado más. Ma-ra-vi-lla.
- Sigo pensando que algún día me teñiré el pelo de colores.
- De las épocas de colores de la vida he pasado por muchas. Tuve muchos años con el negro como básico. Ahora estoy en una etapa colorida. Me sienta bien el rosa.
- He estado en cuatro conferencias TED grandes. En 2 TEDGlobal: Ginebra y Arusha y en 2 TEDSummit: Banff y Edimburgo. Espero que vuelvan a organizar alguna pronto porque echo de menos mucho a esa comunidad de personas increíbles. Hace 3 años y algo (desde que empezó la pandemia), un grupo de organizadores TEDx quedamos cada sábado para charlar un rato. Nos hemos hecho muy amigos. Vernos sería muy especial. Si lo era prepandemia, ahora muchísimo más. También he estado en 2 TEDxWeekend: uno en Túnez y otro en Munich. Este año será en Verona…
- Quedan 7 días para TEDxVitoriaGasteiz. Nuestro 9º evento. Estoy orgullosísima del equipo un año más. Ha sido durete, especialmente la recta final con algún speaker que se ha caído y con los que hemos sufrido, pero los que quedan están ready. El año pasado juramos que no volvería a pasarnos tener charlas mal preparadas on stage y hemos cumplido fielmente nuestra autopromesa.
- Las autopromesas que cumples son las mejores porque te hacen sentir bien contigo misma. Paula se merece un monumento. Y yo, otro. Ya nos homenajearemos.
- ¡Viva yo! ¡Felicidades para mí!
Y con este van ocho los años que me regalo un post por mi cumpleaños. Puedes ver los 43, los 44, los 45, los 46, los 47, los 48 y los 49.
Está genial el blog y las anécdotas, una por año. Me prestó mucho leerlo.
Muchas felicidades y un enorme