Ayer fui a ver un concierto de Noa.
Noa es una cantante israelí de origen yemení. Canta maravillosamente bien y lo hace en varios idiomas, entre ellos hebreo, inglés, castellano… y también en árabe.
Antes del concierto, un grupo de «Euskal Herria-Palestina Sarea» hicieron tour por Vitoria: ellos vestidos de baserritarras y ellas de palestinas… (WTF!)
Parece que le habían dirigido un escrito para que se posicionara en relación a los derechos humanos que ella había contestado… y como no les dijo lo que ellos querían oir, pues fueron a montarle el pollo a la puerta y repartieron panfletos con Noa abrazada a un soldado encapuchado. Un despropósito.
Lo más increíble de todo es que algunos comparan la situación del pueblo vasco con la del pueblo palestino… En fin, sin palabras.
Noa, como tantos otros israelíes, es pacifista. Sólo hay que ver las organizaciones que apoya en su propia página web.
Decir que Noa, como el resto de israelíes, es una asesina es tanto como decir que todos los vascos somos de ETA o que todos los españoles somos corruptos. Mira no.
Y la sensación que da es que les gustaría que Israel desapareciera del mapa y con Israel, todos los israelíes…
Como dijo Noa ayer en una carta que leyó, en español, antes de empezar el concierto…
«Estamos pagando el que nuestros líderes, políticos y religiosos, nos han fallado»
«Creo en el diálogo. Es la única salida»
Pues eso.
Exacto.
Intereses de algunos… cuando la gente lo que quiere es que les dejen en paz… vivir…
Lamentablemente, hay pequeños Goebbels en las cabezas de algunos, por mucho que lleven un pañuelo palestino al cuello o se envuelvan en una ikurriña haciéndola suya y usurpándola a todos, erigiéndose en propagandistas de una verdad que manipulan a su conveniencia, porque realmente sólo les importa que se adapte a sus fines.
Halcones israelíes, halcones palestinos, haciendo de la sangre y el dolor una rentable forma de vida para ellos y sus amigos. Y en medio, ciudadanos israelíes y palestinos que sólo quisieran, simplemente, vivir en paz sus vidas.