… de la electricidad?
Hoy un apagón ha dejado sin luz a media Barcelona.
Si yo me quedo sin luz, automáticamente:
No puedo hacer la comida.
No puedo lavar la ropa.
No tengo teléfono (ni, por supuesto, tele, ni ordenador).
Si es de noche, no puedo leer.
Los alimentos se estropean.
En el cuarto de baño, a tientas…
No puedo escuchar música.
No puedo usar el ascensor, ni abrir la puerta del garaje.
Lo cual, automáticamente, me hace pensar en cómo vivían mis tatarabuelos a principios del siglo pasado….
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Nuestros tatarabuelos hacían la comida en una cocina de carbón o de leña, lavaban la ropa a mano, hablaban con su gente cara a cara, se reunían frente a la lumbre, escribían a mano, con pluma, de noche dormían, hacían la compra al día, subían siempre por las escaleras, y ninguno tenía un coche que guardar en ningún sitio.
Era una vida distinta. Yo creo que ni mejor ni peor para ellos, ya que uno tiene las necesidades que se crea, y ahora tenemos las que tenemos y antes tenían las que tenían en función del momento.
No creo que ellos fueran más felices ni más infelices por todos estos cambios. Simplemente, era su mundo, como este es el nuestro.
Eso sí, seguiré soñando que inventan la máquina del tiempo para ir a sentarme junto a mi abuelo a escuchar un cuento de su madre junto al fuego en una tarde de lluvia.
Oooooooooh…
Mágico…
Si tu te quedas sin luz, no puedes hacer eso… Yo todavía no puedo y pinta que voy a ser uno de los desgraciados que esta noche la vuelve a pasar a oscuras.
En cuanto a dependencias, no tengo muchas. Pero tened en cuenta que la «dependencia» al ordenador, tal y como está la cosa, puede equivaler a quedarse sin «ver» a muchos amigos, no es tan frívola como la de la tele, ¿no?
Pues nada, entonces las familias tenian un monton de hijos… Eso si, en casa tenemos un monton de velas siempre encendidas, casi no usamos la luz. Y la cocina es de gas. Al menos cocinar y vernos las caras, podemos, incluso leer si la vela es gorda. Por cierto, unas pilas a tiempo para la radio, tampoco sobran… Eso si, con apagon, dieta de email, internet y tele, que creo que es lo que peor llevamos. Estamos fatal.
Somos muy dependientes de la electricidad. Cuando se va la luz nos quedamos como desnudos. En mi casa no tenemos ni velas y cuando se va la luz (que no es muy a menudo, afortunadamente) nos tiramos media hora buscando la única linterna que tenemos y otra media buscando las pilas, je je. Y luego nos sentamos como tontos en el sofá sin saber qué hacer. Y de bajar a la calle, nada, que nos podemos partir la cabeza por las escaleras… Además, la calle sin luz da muuucho miedo (de noche, claro).