Estupefacta me quedo al leer cómo otra vez, la justicia, de la mano de Dios, hace de la ley su sayo…
Yo no soy jurista, pero alguna noción de Derecho tengo… Si la ley es la ley. Si está aprobada en Congreso y Senado y sancionada por el Rey. Si nadie (ni siquiera sus supuestos detractores) ha encontrado (como no puede ser de otra manera) indicios de inconstitucionalidad (faltaría más, se trata de igualar)…
Entonces, cómo puede un juez, por su propia cuenta y riesgo, decidir lo que es «normal» y lo que no lo es…
A este juez le parecerá tan «normal» que el difunto papa Juan Pablo II ande por ahí haciendo milagros …
Y sin embargo, le parece anormal una familia compuesta por dos mujeres lesbianas y niega a la hija de una de éstas que sea adoptada por su cónyuge.
Y además, parece que lleva tiempo dándo lecciones de normalidad desde su sala, poniendo en letras cursivas en todos los documentos que emite las palabras «cónyuges» o «matrimonio». Aduce que la niña tiene derecho a una familia NORMAL porque en la suya propia tiene muchas posibilidades de volverse lesbiana. Y dice ésto y se queda tan ancho, oiga.
Si una ley permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, entonces, es MATRIMONIO. Si una ley permite la adopción por matrimonios de personas del mismo sexo, entonces ¿qué pasa en nuestra judicatura? ¿Nadie va a expedientar a este juez?
¿Quién se cree que es para saltarse las leyes a la torera?
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Me llama mucho la atención que el mismo hecho, según qué juez sea el que toque, pueda con la misma ley ser tratado de uno u otro modo. Soy profesora, y entre mis alumnos hay una niña adoptada por una pareja lesbiana, que no parece haber tenido mayores problemas para la adopción que los de cualquier otra pareja. Lo sorpendente es eso, lo que decís, que cada uno aplica la ley como le da la gana…
A mi lo que más gracia me hace es ese argumento peregrino de que los hijos de homosexuales tienen más posibilidades de serlo. En primer lugar, eso es falso. La mayor parte de los homosexuales son hijos de heteros y nadie cuestiona que los heteros tengan derecho a adoptar. En segundo lugar, ¿¿¿cuál sería el problema si efectivamente fuera así y ese niño «saliera» homosexual???
Coincido con Blanca en que estos jueces suelen ser católicos, apostólicos, romanos y todo lo que haga falta. Y luego se niegan a reconocer a sus hijos fuera del matrimonio, como la lumbrera que hace días revocó una orden de alejamiento para una madre cuya peligrosidad para su hija estaba más que probada con el contundente argumento de que «al final, la familia es lo único que nos queda». Viva la desfachatez.
Por último, coincido con Javier en que la justicia en este país (como tantas otras cosas) es un auténtico cachondeo. Pero es que la separación de poderes (algo que todos los manuales coinciden en señalar básico para poder considerar democrático a un régimen) brilla absolutamente por su ausencia. Los cargos judiciales son elegidos por los partidos y se comportan como militantes de los mismos en lugar de actuar como juristas. No vivimos en un país serio, por si alguien no se había dado cuenta.
A mí me parece muy fácil saber a qué atenerse: el juez Ferri es un reaccionario militante y utiliza su jurisdicción para arrimar el ascua a su sardina.
Intentará por todos los medios protegerse a sí mismo de manera harto cobarde, escondiéndose tras la toga, en lugar de salir a la luz y decir: «yo no creo en la igualdad de los homosexuales y creo que hay que impedir que tengan los mismos derechos que el resto».
Y ya está, ¿dónde está el debate?
Hay jueces que pudieron estudiar derecho porque papá tenía pelas.
Hay jueces que se permitieron el lujo de opositar tres o cuatro años, pagando un preparador, y viviendo de papá.
Hay jueces que durante su formación, no salieron a la calle. Sólo a misa. Estudiaban el temario diez horas al día.
Hay jueces deformes.
Sin conocer al juez, y juro, sin imperativo de ningún tipo, que no le conozco, estoy seguro de que se trata de un juez conservador, católico apostólico y romano. Volvemos, y en más de una ocasión ya me he referido a ello, a la eterna cuestión de ¿Que hacemos con nuestros jueces? Colectivo reaccionario en su inmensa mayoría, y que no hace otra cosa que poner piedras en las ruedas de cualquier medida progresista que emane del Parlamento o del gobierno. Yo lo tengo claro pero no lo digo por si las moscas
Por cierto, ¿qué tiene de malo ser lesbiana? ¿o ser gay?
Lo único que tiene de malo es la tortura por las que, muchas veces, les hacen pasar los llamados «normales».
A ver, ¿es mas normal un padre bien machote que pega a la madre? Ese sí es un padre normal a los ojos de ese juez. Si la madre deja en la intimidad del hogar el maltrato, como pasa en el 95% de los casos, este juez dirá que ese es un progenitor normal.
¿Y que pasa cuando el padre tiene varias amantes u, ocasionalmente, le mete a la madre cuernos, como pasa en el…% de los casos? No pasa nada, ese es un padre normal a todas luces… esa es la mayor normalidad de todas, porque como el juez no tiene idea del suplicio que supone para una mujer la cornamenta, se lo calla por pudor o lo aguanta porque «así es la vida», la hipotética niña vivirá en una familia normal de todo punto.
Ahora, cuando algo se sale del esquema tradicional RELIGIOSO, porque son las religiones las que decretan la normalidad o anormalidad de ciertas cosas, entonces todos a acatar o a sufrir los principios morales de quien debería ser aséptico y sencillamente cumplir la legalidad… metiéndose su conciencia en el bolsillo.
Y si no puede, o no sabe, o no le da la gana, que se dedique a otra cosa, porque no tiene capacidad para desarrollar esta profesión.
Estas cosas pasan porque en España no hay costumbre de RESPETAR al prójimo, del rey abajo, ninguno. Ni de considerar que la LIBERTAD de elección SEXUAL es RESPETABLE, y que solo para los que se consideran practicantes de cualquier movimiento religioso están prohibidas «ciertas materias», ellos sabrán el por qué, pero que a los que no nos consideramos practicantes de ninguna, no nos pueden imponer su moralina, que no tiene nada que ver con la MORAL, por supuesto.
Ya he leído el link. Y si es así, como lo reseña El País, no parece de recibo dados los términos legales actuales. Lo de «normal» en este caso concreto chirría; me gustaría tener el auto entero para examinarlo. Pero aparentemente chirría con el actual derecho de familia. En eso tienes razón.
Es más, Dardo, por favor, lee el artículo de EL PAIS que tiene link en el post. Verás cómo, dentro de la legalidad (hasta ahí podíamos llegar) están torturando a estas dos mujeres por el hecho de ser lesbianas.
No se trata de lo que el señor juez piense que es «normal» o «anormal». Se trata de aplicar la ley y no marear la perdiz.
Dardo, en este caso es especialmente raro porque, como dice el juez … la niña necesita una familia «normal», no vaya a ser que se haga lesbiana.
Ésto es un juicio de valor nada propio de un juez. Con la ley española en la mano, esta apreciación es injusta e intolerable.
Y toda mi argumentación posterior viene al caso.
No tengo yo tampoco la documentación del caso, únicamente sé de él a través del periódico, pero, la verdad, parece que se está aplicando la ley con una lupa un tanto parcial…
Si lo entiendo Maripuchi; tampoco soy tan tonto, aunque algo sí. No te contesto sobre el caso concreto porque, sinceramente, habría que ver la documentación del propio proceso. Hay matrimonios donde sólo uno de los progenitores tiene la patria potestad (son de un anterior matrimonio o concebidos en estado de soltero). Conceder la patria potestad a través de la adopción no puede ser un automatismo; eso es la clave de lo que he querido decir en todo momento. Por eso justamente está el proceso que previene la ley. Porque hay que hacer un «juicio»; esto es lo que «constituye» la adopción.
Gracias por el ejemplo que me pones que demuestra tu honrada intención. Pero un hecho no es un automáticamente un derecho (esto es clave para entender los procesos de adopción).
Yo lo único que digo es que no sé lo que aquí estará pasando. Ya se verá, seguro. Si el juez está actuando mal, se verá en vía de recurso.
Dardo, creo que no entiendes mi planteamiento, porque no contestas con el caso concreto. Te lo voy a volver por pasiva…
Yo tengo un hijo por inseminación artificial aún cuando convivo con mi pareja (hombre) porque, supongamos, él es estéril.
Al cabo de un tiempo, decidimos casarnos.
Supongamos que el hijo estaba inscrito en el registro sólo con mis datos como madre.
Y vamos a poner que el que es padre de mi hijo (en la práctica), le quiere adoptar para OFICIALIZAR algo que ya es un hecho, como es su paternidad.
No creo que ningún juez se vaya a pasar un año mareándo la perdiz. Le va a conceder a mi marido (y padre de hecho) del niño, la hijez (o como se diga).
Pues en este caso es lo mismo. Que ya son familia. Que ya son sus madres. Que lo único que quieren es oficializar algo que ya es un hecho. Y además, les ampara la ley.
Vale, quizá la palabra prevaricar no es la correcta en este caso. Pero este juez no está velando por los intereses de esa niña.
Imagínate que un juez dice que como yo soy roja y estoy a favor de la igualdad entre las personas, mis hijos no están más idóneamente conmigo que con otros padres más «normales». Es que es muy fuerte, Dardo.
Otro día, si quieres, hablamos de lo que es una familia «normal».
Maripuchi. Yo he hablado del caso concreto. Es decir; que habría que ver uno por uno. Como supondrás yo no voy a relacionar idoneidad desde un punto de vista jurídico con tendencias sexuales. Hoy, legalmente, está claro que tod@s las uniones tienen potencialidad para adoptar.
Pero aun en este caso concreto, que no lo conozco en profundidad, el juez debe hacer un examen de idoneidad; que para ser recto no debe centrarse en el que sea un matrimonio del mismo sexo, sino en otras circunstancias más particulares del propio caso (siempre posibles de rebatir por medio de recurso; es decir que sean racionales). Yo no sé lo que ha pasado en este caso concreto; pero si se ha cometido o se está cometiendo una arbitrariedad creo que lo tienen ganado vía recurso.
De ahí a decir que prevarica (es decir, que adopta una resolución injusta a sabiendas) va un trecho.
Blanca. Soy algo torpe a veces; pero te aseguro que no tengo mala intención. La ilustración sobre incapacitados no pretendía trasladar este status a los homosexuales; ¡¡para nada!!. Era un ejemplo (está visto que malo) de señalar como se dan en el sistema situaciones objetivas que aunque suponen una diferencia, ésta no es injusta (discriminación). Solo eso. Incluso un incapacitado tiene todos los derechos potencialmente, otra cosa es si (pese a su buena voluntad) físicamente o psíquicamente es idóneo para actuarlos.
Estoy totalmente contigo en el respeto a la diferencia. No tengo ninguna duda.
Seguramente dardo, con más conocimiento del proceso jurídico, tienes razón en cuanto a que no es prevaricación. Una cosa es lo que se diga a nivel de ciudadano de a pie y otra la precisión legal. Ahora bien, lo que sí es cierto es que la denominación de «normal» hacia uno de los posibles status del matrimonio entre todos los legales induce a pensar que considera «anormal» el otro, con lo cual si no prevarica, como mínimo carece de la imparcialidad que se le debería suponer y debería ser impugnable su participación en el proceso.
Yo voy más allá y creo que la judicatura es demasiado corporativa y como apunta javier no hay una supervisión del comportamiento de los jueces. Las altas instancias judiciales emplean estos días más tiempo en hacer política que en amonestar a tantos jueces que se extralimitan. Es posible que el origen del problema sea también la arcaica, redicha y densa forma de redactar todos los documentos judiciales por parte de personas que, me perdonarás, carecen de la capacidad de expresión suficiente para esas largas peroratas y a veces parecen tener complejo de escritores frustrados. Es curioso que el exceso de detalle en el documento judicial es posible que venga dado por la búsqueda de la precisión y acabe en una novela barata de tres al cuarto llena de palabros y, encima, de errores gramaticales de bulto. Si simplemente expresaran objetiva y directamente lo que hay que hacer, lo que se quiere y lo que se sentencia, todos las entenderíamos mejor y no habría tanto iluminado.
Yo no creo que los jueces malos sean una representación política del PP, son simplemente incompetentes. Otra cosa es que la judicatura tenga una tendencia hacia el conservadurismo y ese sesgo se note, pero creo que es un problema de la judicatura en general.
¿A qué Polonia, a la del este o a Catalunya?
Creo que la comparación entre «incapacitados» y «homosexuales» no es demasiado afortunada, dardo.
Es el gran problema de los conservadores, que no tienen inconveniente en vivir confortablemente en el dogma y en algo más etéreo LA FE, y sin embargo son incapaces de vivir confortablemente en la libertad individual, a la que tanto aluden en demasiadas ocasiones y sin embargo la anatematizan a piaccere, y en el respeto a la diferencia.
Sería mejor para todos ellos que siguiéramos siendo un rebaño, todos iguales e uniformes, comandados por el pastor, armado de un buen cayado para darle a la oveja negra que se desmande y volverla al redil,… que en demasiados casos, dardo, es invivible para millones de personas y nuestro deber, como ciudadanos inteligentes y respetuosos, es dotarles de los instrumentos legales a que tienen derecho y a cobijarles sus sentimientos, a los que tambien tienen derecho.
En cuanto a ese juez y a otros como el, uno más dentro de la amplísima nómina de «jueces y parte» que tenemos que sufrir la ciudadanía, les condenaría a someterse al juicio de todos a los que hieren gratuitamente, interpretando la legislación a su conveniencia. Que se sienten solo una vez en el banquillo y que les juzguen las personas que deben soportar las lecciones de «moralina ripaldera», conservadurismo trasnochado, lecciones de religión tridentina y filípicas de «legionarios de cristo rey».
QUE SE METAN A CURAS Y VAYAN A VIVIR A POLONIA.
Dardo.
El tema de la idoneidad es evidente que funciona para todas las parejas (sean matrimonio o no, mis tíos, por ejemplo, no están casados y son padres adoptivos de dos niños, sean homosexuales o heterosexuales.
No se es más idóneo por ser hetero o por ser gay. Sin embargo, hay jueces que actúan como si ésto fuera la clave.
El caso concreto que nos ocupa es el siguiente.
Un matrimonio de lesbianas, una de las cuales es madre natural de una hija y su cónyuge, con quien la hija convive y trata como madre, la quiere adoptar. Y el juez, lleva un año tocándoles los ovarios a las tres….
Zúmbale con la idoneidad… Entendería en un expediente donde una pareja adopta una criatura ajena a ella … pero en este caso ¡¡es que YA ES SU HIJA!!
Ergo el juez, adalid de la causa de la normalidad, prevarica. La ley no está para que cada uno la aplique a su manera…
En este caso concreto, es una obviedad.
Según yo lo veo:
Hoy la «unión homosexual» está equiparada al «matrimonio». Es la ley y hay que cumplirla.
Al habérseles conferido a estas uniones las mismas facultades que al matrimonio tradicional cualquiera de los cónyuges tiene derecho a solicitar la adopción. Es la ley y hay que cumplirla.
Pero es eso: una solicitud que debe abrir un proceso jurisdiccional. No es un automatismo: Quiero y me lo dan. Es algo más serio. Ya que esto sería atender un capricho; por muy bienintencionado que fuera.
Los expedientes de adopción de muchas parejas heterosexuales terminan negativamente y a nadie se le ocurre acusar de una presunta discriminación porque el juez las califica de no idóneas.
Actualmente en nuestro derecho el principio general es que los incapacitados no pueden adoptar; y esto no está visto como discriminación.
Debe verse cada caso concreto (eso es precisamente la justicia); porque aquí lo fundamental (en el proceso jurisdiccional voluntario que se abre) no es atender el derecho del adoptante, sino velar por un interés supremo: las condiciones de afectividad y protección del adoptado, máxime cuando es menor de 12 años y no puede manifestar su consentimiento).
Pero también es la ley que al juez de primera instancia le da poder desde el ordenamiento para que evacue un «juicio» con dos parámetros:
– interés del adoptando e
– idoneidad del adoptante
Evidentemente lo tiene que motivar; y en esa su motivación (si es arbitraria) habrá posibilidad de recurrirla.
Lo que he leido sobre prevaricación; en fin… comprendo la indignación pero es bueno que no nos ofusque y deforme la realidad.
Lo de los jueces es de cárcel. En fin, otra vez más. Siempre que se habla de ellos parece que hay que cogérsela con papel de fumar, como si no solo cupiera acatar la sentencia sin criticarla. Lo de acatarla no nos queda más coj… pero de eso a no poder criticarla. Lo grave es que ellos si pueden criticar, hacer objeción ante ciertas leyes, utilizar su ideología para prevaricar, en fin, he llegado a la conclusión en que hay dos tipos de españole: los jueces, la monarquía y la iglesia (a salvo de todo y que están por encima del bien y el mal) y el resto.
Salud y República
El problema de fondo es que la judicatura no tiene dirección ni gobierno, por lo que la amonestación de este tipejo se queda en nada: unos aplauden y otros protestan. Pero los perjudicados son los ciudadanos que cada vez con más frecuencia vemos como los jueces se entrometen en cuestiones que no deberían, sentencian aberraciones sin que sean acusados de prevaricación, y continúan en sus cargos.
Demasiados «pañoles normales» ejerciendo de jueces, desde la judicatura pretenden ejercer el poder político que el PP no obtiene en las urnas.