Ludotecas

Una ludoteca es un lugar donde, como su propio nombre indica, se juega. La etimología de la palabra lo dice bien claro: viene del latín «ludos», que significa juego, fiesta y la palabra griega «theca» que significa caja o lugar para guardar algo. No obstante, una ludoteca no es solo el sitio donde se guardan juegos y juguetes. En una ludoteca los juegos están pre-clasificados por edades y temáticas y, con la ayuda de l@s ludotecari@s, se convierte en un lugar mágico de entretenimiento.

En cada Centro Cívico de Vitoria, hay una ludoteca. Previa inscripción, concesión de plaza y módico precio (menos de seis euros el trimestre), hemos podido apuntar a los niños en la ludoteca de fin de semana del centro cívico de nuestro barrio. De cara al tiempo que hace y que nos espera, es una buena cosa, porque las tardes de los sábados, cuando llueve o hace un frío mortal y el sol se pone alrededor de la hora taurina, en casa, son mortales de necesidad.

Además de esparcir en un entorno favorable, hay otros niños con que interactuar y cientos de juguetes que experimentar. A los padres, nos es muy útil también saber qué preferencias lúdicas tienen nuestros retoños a la hora de elaborar la carta al santurrón rojo, al Olentzero o a los mismísimos Reyes Magos de Oriente…

Este año, y, aún a la espera de que sus majestades orientales traigan sus presentes… puedo decir que nos hemos equivocado muy poco. No sé si es fruto de las horas de ludoteca probando juguetes o del instinto materno-paterno… o, por qué no, de las dos cosas.

Esta noche pasada nos hizo una visita el Olentzero. Con retraso, sí, pero claro, como nosotros en Navidad no estábamos en casa, pues Olentzero, que es mago, sabía que los niños no estarían, y así, vino anoche a dejarles sus regalos.

¡La bomba!

Sin temor a equivocarme, puedo decir que el regalo estrella ha sido una cosa que se llama «Saltabolitas». Una suerte de aparato (a pilas, por supuesto), que hace que unas pelotas vayan saltando en el aire, activadas por un ventilador. El chisme es bastante gracioso … el único coñazo es que al final, las bolitas de-lo-cohone se terminan desparramando por toda la casa… pero los niños han estado entretenidos toda la mañana.

Tomás no le deja a su hermana coger ningún juguete. Ni los suyos, ni los de ella. Y, la verdad, ya no sé qué hacer… Si le quito los juguetes, salta a por los de la hermana. Y no es justo que porque él sea un egoistón (lo normal a su edad) ella se tenga que quedar también a dos velas…

Por otro lado, ¿no hemos estado todos así, picando flor, de juguete en juguete, en el día de Reyes?

El debate sobre si ahora los niños tienen muchos juguetes o no, para otro día.

¡FELIZ 2008!