La gripe H1N1 está aquí

Ya hemos cambiado de mes y en breve será la temida vuelta al cole. Los virus otoñales nos acechan. Los habituales, y alguno nuevo de desconocido cuño y con exceso de promoción.

De nada va a servir que los mismos medios que llevan desde mayo relatándonos muerto a muerto e infectado a infectado (por cierto, ¿ya han dejado de dar esta última cifra, verdad?) ahora reculen y nos digan que no hay que alarmarse. Ya se han encargado de alarmar suficientemente durante tres meses. Ahora, sistema sanitario y ciudadanos pagaremos el pato y nos autocolapsaremos y seguiremos regalando noticias pancircenses.

Parece que esta «nueva gripe» no es para tanto (aunque atendiéndo a la prensa parezca lo contrario). Si bien su contagio y capacidad de extensión son más rápidos, la sintomatología es mucho más leve que con la gripe estacional. Cientos de personas han pasado y están pasando la gripe sin ningún tipo de consecuencia.

Nos vamos a pasar buena parte de la temporada lavándonos las manos. Bien mirado, no es mala idea: estaremos mucho más limpios. Pero no podremos evitar tocar esa barra de bar, esa mesa de trabajo, esa moneda de cambio… que vete tú a saber si el que la tocó antes acababa de salir de un wc de la vía pública.

Las administraciones públicas parece que se han preparado para lo peor. Personalmente creo que se han pasado siete pueblos pero prefiero equivocarme y no me importa en absoluto que se gaste dinero público en prevenir, en informar…

Desde la web del Ministerio de Sanidad, la de Osakidetza nos dan pautas de prevención del contagio. También desde twitter @infogripea. Colectivos de bloggers, de médicos, han abierto vías de información, como lo es el blog Gripe y Calma (con su twitter @gripeycalma).

Sin embargo, parece que no todo va a ser tan malo, ¿no?

Yo, desde que la cardióloga de mi hijo insistió en que la vacuna «importante» era (es) la de la gripe común, me he quedado mucho más tranquila, si cabe, al respecto de esta fiebre.