La Gran Venezuela

Cuando Chávez va a ver a Castro no va a visitar a un amigo, va a recibir un testigo a cambio de petróleo y ambos lo saben. Guste o no, Fidel sigue siendo un símbolo para gran parte del elenco popular latinoamericano y su imagen aún tiene el peso del junco que contra viento y marea, no ha sido doblegado.

En alguna ocasión hemos dicho exagerando, que si el Castro de los buenos tiempos hubiese sido presidente de la Venezuela actual, sería él quien bloqueara a los Estados Unidos. ¿Será Chávez el símbolo de la rebeldía futura de todo un sub-continente? Salvando la diferencia de talla política entre los dos mandatarios y obviando el hecho de sus tendencias totalitarias, Hugo Chávez es un personaje que va más allá del típico presidente de república bananera. Con ese arte cutre de vodevil barato y esa oratoria de demagogo trasnochado que tanto chirría en los oídos europeos, Chávez no quiere comunicarse con nosotros, sino con el pueblo venezolano y por extensión con gran parte del latinoamericano. Su reciente acercamiento a Rusia y su ofrecimiento de ayuda a Bolivia, nos indican que tiene pretensiones en política internacional y que de casino momento, sabe tocar teclas clave. Por otra parte, mientras Estados Unidos siga más pendiente de lo que pasa en Oriente Medio, la coyuntura le será favorable.

Hace doscientos años, Simón Bolívar veía como la idea de una América latina unida pasaba a mejor vida entre la avaricia y la mediocridad de los caciques mobile casinos locales. El tiempo ha demostrado que la visión del libertador de un continente cohesionado capaz de hacerle sombra a su vecino del norte hubiese cambiado la Historia. Del fracaso de su segunda tentativa, esa gran Colombia que se fue por el desagüe, amenaza con nacer una gran Venezuela al amparo del petróleo. Estamos en el siglo XXI y este tipo de proyectos ya no son territoriales, pero si el tío SAM no anda listo, Chávez puede ser su siguiente grano en el culo. No creo que el presidente de Venezuela sea esa cabeza referencial que América Latina necesita, pero debemos de tener en cuenta que, con todo lo cantamañanas que parece, quiere serlo y tiene dinero para intentarlo; o al menos para enredar un rato.