Más o menos a la hora de la publicación de este post, estaré en un acto con Alfonso Gil y Patxi Lazcoz. Este es el contenido de mi intervención.
Hace unos días la Fundación Telefónica publicó el informe SIE 2010, Sociedad de la Información en España.
Y los datos son concluyentes:
El 94% de los jóvenes entre 16 y 24 años es internauta.
El 78% de los jóvenes entre 25 y 34 años es internauta.
El 72% de los jóvenes entre 35 y 44 años es internauta.
El 37% de los “jóvenes” entre 45 y 74 años es internauta.
Con estos datos en la mano, apreciamos una clara brecha en el segmento de población más mayor. Sin embargo, se observa que año a año, es, precisamente dentro de esta horquilla donde más aumenta la utilización de TICs, muy por encima de la media de crecimiento del resto de grupos.
Y además, la utilización para buscar información o noticias, para ver contenidos audiovisuales y para realizar operaciones con la Administración Pública crecen especialmente.
Ahora vamos a bajar una capa: porque para que existan estos datos de desarrollo tecnológico hay que tener en cuenta por un lado a las empresas del sector de las telecomunicaciones y del hardware y software; pero por otro lado, y no menos importante, a las Instituciones públicas que por vías diversas impulsan o favorecen el uso de las nuevas tecnologías.
Y es en este camino donde encontramos las primeras diferencias entre los políticos de uno u otro color.
Desde todos los gobiernos socialistas: empezando por el estatal, los autonómicos y también desde infinidad de corporaciones municipales, se han venido propiciando, en los últimos tiempos, acciones relacionadas con el ámbito de las TIC y que marcan un antes y un después en el panorama del buen gobierno: la transparencia.
El Lehendakari Patxi López habló de transparencia radical en su discurso de toma de posesión. Unos meses después, nacían Irekia y Opendata Euskadi, dos proyectos hermanos, con la misma filosofía subyacente: gobierno de la ciudadanía y para la ciudadanía.
Mientras gobiernos conservadores (y no voy a poner ejemplos, porque todos y todas los tenemos en mente) hacen todo lo posible por escaquearse y ocultar sus cuentas, son los gobiernos progresistas los que, al contrario, se esfuerzan por hacer públicos los datos económicos y de cumplimiento de objetivos, los que informan con más ahínco acerca de los planes legislativos y de actuaciones significativas de la legislatura.
No se trata de estar en la Red por estar. Se trata de estar en la Red porque la ciudadanía está en la Red.
Los datos nos indican que parte de esta ciudadanía solamente se informa en internet y, desde luego, es en Internet donde están ya comentando sus preocupaciones con otras personas. Por lo tanto es indispensable para cualquier persona que aspira a gobernar, estar donde están los ciudadanos.
En alguna ocasión Óscar Rodríguez Vaz ha defendido que ser “2.0” es de izquierdas. Estoy de acuerdo con él: lo es.
Los caminos de ida y vuelta, los conversacionales y participativos, preocuparse por el bienestar ajeno, por la cohesión social es de izquierdas. Porque para que exista todo lo anterior, primero tiene que haber transparencia y una voluntad.
Los caminos se demuestran caminándolos. Es así de fácil. ¿O no?
Los políticos en la red pueden seguir caminos muy diversos. Casi todos pasan por alimentar un blog y mantener alguna cuenta en alguna red social de moda.
Detrás de ésto – y es donde tenemos que poner el acento – ¿qué hay? ¿Es una estrategia o una cuestión de valores?
Principalmente hay dos actitudes:
Una eminentemente marketiniana: estoy a la moda, soy “pop”, soy “guay” … soy “como tú”…
La otra, resumida en tengo que estar donde están los ciudadanos y como me debo a ellos, tengo que explicarles en su propio terreno lo que hago para mejorar su vida. Y también escuchar lo que están diciendo. La mayoría no van a venir a mi txoko a contarme sus problemas… Y encajar las críticas. Me consta que el camino es de largo recorrido y que mi presencia en la Red no se acaba el día de las elecciones.
Como decía antes, el camino se demuestra andando y con acciones: renovar una administración y abrir caminos en la web social, doy fe de que no es sencillo. Pero es posible.
Yo, sin embargo, ya no me sorprendo de las gilipolleces que veo a algunos jóvenes, con Internet i o sin él.
Huelga decier en qué segmento de juventud me enuentro 🙂
Evidentemente no son jóvenes 😉 Es una licencia literaria. Se llama ironía.
Los datos son del estudio SIE de la Fundación Telefónica y ya se indica que es precisamente en esa horquilla de edad donde más crece el uso de la red.
Es extraño pero mencionáis «El 37% de los “jóvenes” entre 45 y 74 años es internauta.» Estos no son jóvenes pero ciertamente cada día me asombro mas veo señores en esas edades en el autobús con un teléfono móvil navegando por Internet.
es sorprendente como Internet engancha a la gente.