El ser humano se tatúa desde tiempo inmemorial por motivos diversos. Rituales primitivos, estética…
Los últimos años han visto un renacer del tatuaje. Ya no está mal visto o no tan mal visto como lo estaba hace un par de décadas, por poner un ejemplo, en que sólo se tatuaban los malotes.
Creo que cada uno es muy libre de hacer con su cuerpo lo que le parezca oportuno. Y, sin afán proteccionista de mí o de los míos, creo que uno debe ser consciente de lo que hace porque es para siempre. Así, no se me ocurriría tatuarme «♥ Antonio» en un brazo o «Winona forever» o «Billy Bob«, por más que luego los puedas cubrir o borrar, láser y pasta mediante.
Tampoco me tatuaría algo por el hecho de tatuarmelo. Me gusta la música más que nada en el mundo, pero una clave de sol me deja fría… Me gusta el mar, pero ¿un delfín?… y así podría seguir con un largo etcétera… de cada una de las veces en que lo he pensado a lo largo de mi vida y luego lo he descartado por no encontrar nada que me llegara de verdad a gustar para siempre…
Hasta que lo encontré. Es algo bien sencillo: un símbolo, una frase, un nombre… para no olvidar jamás.
Eso mañana, cuando esté perpetrado 😛
No vale. Queremos verlo. Pon una foto, please.
No te digo yo que no… pero casi que sí 😀 jajajaja
Ándate con cuidado que cuando empiezas es muy difícil parar… Una vez me preguntaba alguien qué pasaría si me arrepintiera de alguno de los tatuajes que me he hecho, no lo veo posible, y aunque fuera así seguirían hablando de mí y de lo que sentía en un momento determinado y que era suficientemente importante como para hacerme un tatuaje.
Y no es que use los tatuajes para recordarme lo importante. Me gustan, son decorativos y detrás tienen un significado que en algunos caso sólo conozco yo, en otros es evidente.