El desconsuelo no tiene distancia. El desconsuelo llega en oleadas, en acometidas, en repentinos arrebatos que debilitan las rodillas, ciegan los ojos y borran la cotidianidad de la vida. Joan Didion, El año del pensamiento mágico (2005)
Eso dice… en oleadas… Estás tan normal y de repente te viene…
Y te sorprende en cualquier sitio y el día menos pensado…