14 de marzo de 2015

14 de marzo. El cumpleaños de mi ex. El cumpleaños del (difunto) tío de mi ex. También el de su abuelo. Tenían querencia por la fecha, o yo qué sé.
El día de la República. El Día Mundial de las Matemáticas. El día de la fiesta de la primavera en algunos países. Cercano al equinoccio. En ocasiones, viene con Semana Santa tardía. Los días se alargan y a veces hace calorcete al sol.
Tal día como hoy, hace un año, tuve un sueño muy molón, pero MUY molón, del que aún me acuerdo. Brujuleé mucho por la red y cotilleé más. La mañana fue espléndida, de risas. Era un día de encontrar cosas… y tanto busqué, que me encontré con la única noticia que no quería recibir y que hizo que el suelo se abriera bajo mis pies.

El 14 de abril de 2014 tuvo consecuencias. Reabrí este blog y redescubrí el placer de escribir desde lo más íntimo porque necesitaba sacarme muchas espinas de dentro.

El año ha tenido mil fases. He pasado por un duelo con todas sus etapas y he revivido momentos únicos de mi vida que ya no volverán nunca a ser así. Afortunadamente (creo) para mí, he pasado por ellos con toda su intensidad, la que me pedía el cuerpo y la que necesitaba. Y a mi alrededor sólo he encontrado comprensión y cariño. Soy una tía muy afortunada por ello.

Ha sido un año largo. Larguísimo, intenso y, en general, triste… de dormir poco y soñar y pensar mucho. Hasta que algo despertó mi interés. Ese algo lo tengo perfectamente identificado, es el mismo algo que siempre, el mismo algo que, vez tras vez, me saca de mis letargos y me devuelve a la vida.

Hoy puedo decir que vuelvo a mi ser. De hecho, hace un par de meses ya que estoy en mi ser, lo siento así y me reconozco en cada cosa que hago, siento y me pasa a lo largo del día.

Hoy tenía que escribir esto, volver a visitar el interior de la tierra y volver a ser consciente de todo para seguir en el camino. Ahí nos leemos 🙂